¿Me pueden multar si conduzco con una mascarilla puesta?
Para viajar en solitario no se considera imprescindible este elemento de protección, pero sí debe ser utilizada cuando se va acompañado por alguien con el que no se convive.
La pandemia del coronavirus ha provocado que la mascarilla se esté convirtiendo en una prenda más que utilizamos cuando salimos de casa. Era ya algo común en los países asiáticos antes de la crisis y en España se ha instaurado de forma general a raíz de la expansión de la enfermedad. Para hacer uso del transporte público ya es obligatoria y para salir a pasear está altamente recomendada. ¿Pero qué sucede si nos trasladamos en coche?
Si se viaja en solitario la mascarilla no se considera imprescindible, ya que el propio vehículo nos aísla de posibles contactos con otras personas y provoca que el riesgo de contagio por coronavirus sea prácticamente nulo. No obstante, está situación varía cuando se va acompañado por otro individuo. En el caso de que se trate de alguien con el que convivimos no es obligatoria, pero sí recomendable. Si no se comparte el mismo domicilio, deberán llevarla ambas personas.
Esta norma también afecta a los vehículos privados de hasta nueve plazas. En ellos pueden desplazarse dos personas en cada fila de asientos siempre que utilicen mascarillas y respeten la máxima distancia entre los ocupantes. Por lo tanto, el uso de estos elementos de protección es siempre obligatoria cuando se vaya acompañado por alguien con el que no se convive.
En todos los casos hay que tener en cuenta que la persona que conduce tiene riesgo de ser multada durante el Estado de Alarma si no hace un uso correcto de la mascarilla. Si ésta no tiene el tamaño adecuado o no está bien colocada puede dificultar el manejo del coche, con el consiguiente peligro derivado de ello. El campo de visión puede verse afectado si un mal empleo provoca que la zona ocular quede tapada o, si se usan gafas, porque el efecto de la respiración provoque que se empañen las lentes.
Además, si el sujeto que conduce no se siente cómodo con la mascarilla debido a que ha sido mal situada, o a causa de que ésta no cumpla los requisitos necesarios, se pueden producir distracciones que conlleven un peligro para la seguridad. Por todo ello, un agente de tráfico que detecte una situación puede proceder a sancionar al conductor del coche.