El coronavirus está siendo el principal protagonista del año 2020. Desde su aparición en China, en noviembre de 2019, ha mostrado su alta tasa de contagios y llegó hace algo más de un mes a Europa, siendo España e Italia los dos países más afectados por un virus altamente contagioso y que ha pasado de epidemia a pandemia según ha reconocido la OMS.

Uno de los colectivos que más estaba sufriendo para respetar el confinamiento del que vino acompañado el estado de alarma son los niños con alguna discapacidad, cuyas necesidades no se tuvieron en cuenta en el primer real decreto. El Ministerio de Sanidad rectificó a los pocos días y añadió que podían ser acompañadas por las vías públicas "personas con discapacidad, menores, mayores".

Los padres con niños que padecen autismo u otros trastornos psíquicos en su conducta fueron los más agradecidos a esta medida. La mayor parte de estos niños que sufren estos trastornos deben salir a la calle todos los días por prescripción médica. No obstante, son varios los padres y madres que han manifestado en redes sociales su malestar al estar siendo increpados por la gente que les ve en la calle o a través de sus terrazas.

Por esa razón, varias familias han decidido identificarse cuando salgan a la calle con sus hijos. Y lo harán con una prenda azul, el color del autismo: camisetas, brazaletes, gorros, sudaderas. Todo vale para ellos. La organización Autismo España emitió un comunicado en el que reclamaba "la comprensión y respeto del conjunto de la sociedad para las personas con TEA y acompañantes en este tipo de salidas", pero se ha desmarcado de la iniciativa de la prenda azul a través de sus redes sociales.

Testimonios demoledores

Durante los últimos días han aportado testimonios muy duros varios padres a través de las redes sociales, pero tres de ellos han sido los que más repercusión han tenido. José Manuel, padre de un niño de 9 años de Leganés, fue uno de los primeros en sacar a la luz su vivencia. Aseguró a través de Twitter que "sufrió gritos e insultos" por parte de sus vecinos cuando salió a pasear con su hijo el pasado domingo.

"Decir que está que se sube por las paredes es quedarse muy corto, sufre ansiedad y ha podido llegar a autolesionarse", cuenta José Manuel. También aseveró que, cuando decidió salir con el niño a montar en su patinete, se cruzaron con bastante gente que volvía "de comprar o de pasear a sus perros, y varios vecinos nos han increpado desde las terrazas y han llamado a la Policía".

Bastante sonado en las redes sociales ha sido la revelación de Escarlata Gutiérrez, madre de Víctor, que ha asegurado que las gente les ha "pitado e insultado" cuando salía con su hijo. Ella ha sido una de las que se ha mostrado a favor de lucir piezas de color azul: "A partir de ahora, brazalete azul significa que respetes otras capacidades. Estamos intentando retener a nuestros hijos con TEA en casa, hay momentos duros".

Escarlata ha finalizado su duro relato haciendo un llamamiento a la empatía de la ciudadanía: "Si vamos con camisetas azules dos personas juntos por la calle o llevamos un pañuelo azul en la mano, sepan que no deben incriminar a nadie. Es una necesidad. No es por gusto, no queremos salir a la calle. Nos da miedo el coronavirus, pero tenemos unas circunstancias muy difíciles. Tengan empatía y respeten. Es una situación muy dura".

Otro de los padres que ha pedido comprensión para aquellos niños con TEA ha sido Miguel Ángel Román, narrador de Movistar y padre de Ares, niña de 9 años que padece autismo severo. El periodista contó su experiencia en El Larguero: "A mí personalmente no me ha pasado [sufrir insultos desde los balcones], pero hay que tener en cuenta que hay realidades diferentes de las que nosotros vivimos".

Miguel Ángel Román puso un tuit en el que pedía tolerancia para situaciones así: "Si tengo alguna influencia, quiero emplearla para concienciar sobre este tipo de asuntos. Tenemos derecho a salir porque el Gobierno modificó el real decreto. El periodista pidió ser comprensivo con las personas que sufren este tipo de trastornos: "A mi hija si alguien le increpa por la calle no lo entiende, pero hay personas con discapacidad que sí lo entiende. Imagínate que sales y desde el balcón de un edificio alguien te grita. Se enteran, se sienten mal. Vamos a pensar que para controlar la circulación de la calle está la policía, que es la autoridad competente".

Autismo España finalizó su comunicado en la misma línea que el de la mayor parte de los testimonios, pidiendo respeto a la sociedad: "Reiteramos nuestra petición a la sociedad en su conjunto y a los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que velen por los derechos de las personas con TEA y sus familias, especialmente durante esta crisis sanitaria en la que estamos inmersos".