Padres de los nervios: la compleja situación días antes de la vuelta al cole
"Estamos ante una situación difícil de por sí, de modo que no le metas presión adicional teniendo que ser el chef ideal, por ejemplo, basta con que no te mueras de hambre".
No saber qué va a pasar es una de las sensaciones más incómodas, porque no te permite reaccionar ni actuar bien. Y si añadimos a esa incertidumbre desde el nivel más bajo de una casa, hasta el trabajo, la familia, la zona donde vives, llegando a la pandemia mundial... no es fácil. Ni gestionar las emociones ni pensar en cómo sobre llevar la situación de la manera más correcta.
Hablamos con Buenaventura del Charco, psicólogo sanitario y psicoterapeuta, profesor de la Universidad de Granada, director de Marbella Cuida y colaborador habitual de diferentes ONG, para que nos de las claves no sólo de cómo afrontar este reto, sino cómo los padres están llevando el estrés de no saber qué va a pasar con la vuelta al cole, el trabajo, el tele cole, el teletrabajo... y todo lo que rodea a esta situación.
¿Es normal que los padres estemos 'de los nervios' pensando que todo pinta mal para la vuelta al cole?
Es absolutamente normal. El cerebro humano maneja muy mal la incertidumbre, aquello que no tiene claro, porque no puedes responder a algo que no está pasando o que no sabes cómo va a ocurrir y eso genera mucha ansiedad.
¿Qué hacer con los hermanos pequeños que todavía no van ni a guardería?
Pues no quedará otra que cuidarlos en casa. Lo cual no va a ser fácil con el teletrabajo y demás. Veo que se escribe mucho sobre la forma "ideal" de cuidar a los niños y creo que esto es malo. Estamos en una situación difícil, y muchos padres están desbordados. No hace falta que cuides a tu hijo de forma "perfecta" todo el tiempo y que todo sea "súper ideal". No hay que aparcar a los niños delante de una pantalla, pero no pasa nada si lo haces durante un par de horas para tener tiempo para algo importante o simplemente para poder descansar un rato.
¿Cómo podemos volver a afrontar con tranquilidad y una mente 'zen' ser padres, profesores, trabajadores, organizadores de casa, gestores, cocineros...
Creo que es importante no exigirnos todo eso. Estamos ante una situación difícil de por sí, de modo que no le metas presión adicional teniendo que ser el chef ideal, por ejemplo, basta con que no te mueras de hambre. Creo que tenemos un problema enorme con la autoexigencia y con que todo tiene que ser bueno y eso nos genera mucha presión y es terriblemente ansiógeno.
¿Es normal sentir ansiedad?
El cerebro maneja muy mal la incertidumbre, porque no sabes como responder a algo que no sabes como va a ser realmente. Encima, esto no solo no es claro, sino que encima es amanezante.
¿Cómo nos enfrentamos a cada vez que vamos a pasear con los niños se enfaden porque los parques están cerrados?
No entiendo por qué se ve esto como un drama. Creo que es una oportunidad de aprendizaje excelente de una lección importante y necesaria en la vida: a veces las cosas no salen como queremos, a veces nos tenemos que adaptar a lo que la vida nos deja hacer y eso no es un maldito drama. Creo que es bueno que los niños aprendan esto y que eso les haga desarrollar sus propios recursos y aprender a jugar mientras pasean o cualquier otra cosa. Son niños, saben divertirse y tienen una creatividad enorme de forma natural, dejemos de inutilizarlos y tratarlos como si fuesen tan blanditos.
¿Es el momento de plantearnos delegar, contratar cuidadores en casa, profesores, etc..?
Creo que es el momento de oírnos a nosotros mismos. Habrá personas para las que tener a una persona echando una mano en la casa será liberador, pero a otra no le gustará en absoluto y la pondrá nerviosa. No hay fórmulas correctas, cada uno es cómo es y por eso el secreto es escucharnos a nosotros mismos y ver si el cuerpo nos pide ayuda con algo en concreto y cómo.
¿Qué consejos nos puedes dar para evitar esta sensación de qué hacer con el cierre de los colegios, con abrir unos días y cerrar, con el miedo a no saber enseñar a nuestros hijos?
Creo que es importante no obsesionarnos. Imaginemos que los niños vuelven a estar encerrados y sin clases dos meses, y durante ese tiempo, como padres, les enseñamos como buenamente podemos y aprenden poco. ¿Qué son dos meses en la vida educativa de un niño? Si cada curso son 9 meses lectivos, un niño que empieza su educación con 5 años y termina con 18 estará 117 meses en el sistema educativo... ¿Es tan trascendente? ¿De verdad van a ser irrecuperables? ¿Van a truncar de forma dramática su destino? Vamos a intentar no volvernos locos, no supone ni el 1% de su vida lectiva.
Creo que obsesionarnos y dramatizar el impacto de pasar dos meses sin jugar o de una formación más deficiente solo sirve para que sintamos más ansiedad e irritabilidad y le transmitamos esa tensión a los niños y eso, sí que es negativo, así que vamos a intentar calmarnos un poco y entender que, como decía el famoso psicoanalista Winnicot, basta con que seamos "padres suficientemente buenos" y ni hace falta que seamos excelentes. Basta con sobrevivir a esta pandemia y, llámame loco, aprovechar este tiempo para conocer más a nuestros hijos y pasar tiempo con ellos y hacer que se sientan queridos.
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