Tal vez no sea el mejor momento para empezar una dieta, o intentar un cambio de alimentación radical, pero sí es el momento de intentar comer más sano y, sobre todo, saber que modificando algunos parámetros de nuestra alimentación podemos mejorar nuestra salud.

Por eso es muy relevante saber que  un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de California en Irvine (Estados Unidos) ha evidenciado que la terapia con aceite de pescado purificado podría ayudar a prevenir miles de eventos cardiovasculares.

El análisis utiliza datos de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición (NHANES) de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, así como los criterios de inclusión de un ensayo clínico multinacional dirigido por investigadores de la Universidad de Harvard, llamado 'Reduce-IT' y publicado en enero de 2019 en el 'New England Journal of Medicine'.

El ensayo mostró que pacientes con enfermedades cardiovasculares o diabetes conocidas y múltiples factores de riesgo que tienen niveles elevados de triglicéridos y un mayor riesgo de eventos isquémicos, benefician sustancialmente de icosapent etil, una terapia de aceite de pescado altamente purificada.

Este tratamiento logró reducir los eventos cardiovasculares, incluido los infartos, en un 25 por ciento. En este sentido, el nuevo trabajo amplía estos hallazgos a la población con enfermedad cardiovascular o diabetes y múltiples factores de riesgo.

Dieta con tofu según Harvard

Si comer tofu y alimentos ricos en isoflavonas reduce el riesgo de enfermedad cardiaca en las mujeres, según ha puesto de manifiesto un estudio llevado a cabo por investigadores de la Escuela de Medicina de Harvard y el Hospital Brigham and Women's (Estados Unidos), también lo es en hombres.

Esta investigación, publicada en la revista 'Circulation', los investigadores analizaron datos de más de 200.000 personas sanas que habían participado en tres estudios prospectivos sobre salud y nutrición.

Y es que comprobaron que el consumo de tofu una vez a la semana reducía en un 18 por ciento el riesgo de enfermedad cardiaca, en comparación con la disminución del 12 por ciento de los que lo comían una vez al mes. Este beneficio se produjo especialmente en mujeres jóvenes que no habían pasado la menopausia y en posmenopáusicas que no tomaban hormonas.