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El polvo del Sáhara perjudica a los pacientes con dolencias cardiacas

El polvo del Sáhara llega mezclado con partículas contaminantes y microorganismos, pudiendo provocar que un paciente con insuficiencia cardiaca crónica precipite su ingreso o que pacientes de novo la desarrollen.

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polvo sahara
as.com

Según un estudio llevado a cabo en el Hospital Universitario de Canarias entre los años 2014 y 201 a pacientes con problemas cardiacos, la exposición intensa a polvo del Sáhara empeora el pronóstico de los pacientes con insuficiencia cardiaca y es un factor de mortalidad intrahospitalaria. Es la principal conclusión de un estudio presentado en el Congreso de las Enfermedades Cardiovasculares SEC 2019, celebrado hace unos días en Barcelona.

El doctor Domínguez Rodríguez indica que el polvo del Sáhara llega a las Islas Canarias mezclado con partículas contaminantes y también con microorganismos, “lo que puede provocar que un paciente con insuficiencia cardiaca crónica precipite su ingreso, o que un paciente de novo; es decir, que no ha tenido ningún episodio de insuficiencia cardiaca, la desarrolle”.

La idea de los investigadores es buscar el mecanismo fisiopatogénico que desencadena esta respuesta. Para ello, trabajan en una segunda fase del estudio, recogiendo secreciones para después someterlos a análisis. La idea es seguir a los pacientes de forma prospectiva a medio y largo plazo, para obtener resultados que vayan más allá del periodo de ingreso hospitalario.

“Si la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) envía una alerta por episodio de incursión de polvo del Sáhara pueden tomarse medidas de precaución como no salir de casa, no hacer deporte al aire libre, hidratarse bien o salir con mascarilla a la calle”, reflexiona el cardiólogo, quien resalta que el aspecto práctico que los resultados pueden tener en la población.

“Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se considera una exposición intensa a episodios de polvo del Sáhara cuando las concentraciones medias diarias de PM10 se sitúan por encima de 50 microgramos por metro cúbico, detectamos episodios de hasta 200 microgramos por metro cúbico”, detalla el cardiólogo.