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PSICOLOGÍA

El reto de ser padres y no poder: una dura situación

Muchas son las parejas que intentan tener hijos y no llegan, o no pueden, o tardan. Y la presión social es uno de los principales enemigos. Te explicamos cómo afrontarlo.

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pareja que no tiene hijos
as.com

Tener hijos no siempre es fácil. Al menos no para todo el mundo. Y a la presión de la propia pareja se une la presión social, el 'y tú, ¿para cuándo?' Y mil frases similares que suelen decirse, casi siempre a las mujeres, obviando el gran problema de la calidad del esperma en las últimas décadas. Por eso hemos querido preguntar a una psicóloga experta, para que nos ayude a ser más empáticos y, por querer ayudar, meter más la pata y hacer daño sin quererlo.

Hablamos para Deporte y Vida con la psicóloga Fabiola Cortés-Funes, especialista en Psicología en el Centro de Apoyo Psicológico 908 gramos y en el Centro Atenea, y miembro de Top Doctors.

"Para las parejas la decisión de ser padres llega de muy diferentes maneras. Algunas parejas tienen muy claro que quieren ser padres, otras no. En ocasiones puede ser un miembro de la pareja que tenga muy claro el deseo de paternidad y el otro no tan claro. En el momento en que el deseo de paternidad/maternidad está más claro pueden ocurrir diferentes situaciones", nos cuenta para empezar.

Emociones de todo tipo para la pareja

"Puede ser que las condiciones de la pareja no les ayuden a llegar a realizar este proyecto: motivos económicos, geográficos, problemas físicos, emocionales… en todos estos casos la situación es vivida con una sucesión de emociones como frustración, decepción, impotencia, rabia, tristeza, miedo o incluso resignación", nos cuenta.

"Estas sensaciones se dan dentro de la pareja, que tiene que ir procesando cada momento emocional. Cuando la pareja está viviendo esta situación, además, se encuentra con la presión del entorno que marca lo que es “correcto” o lo que toda pareja “tiene que hacer”. Empiezan a surgir preguntas, presiones, presuposiciones y hacen que la pareja se sienta invadida en su privacidad, en un tema que normalmente se vive en privado. Se puede compartir el deseo de querer tener hijos o de estar “intentándolo”, pero una vez que los planes no cumplen los plazos, la pareja deja de compartirlo con el entorno", nos detalla.

Fertilidad, una situación privada

"Normalmente no se comparte si la pareja ha empezado un tratamiento de fertilidad. Da vergüenza, genera sensación de que algo está mal. Además, cuando se comparte, las reacciones no siempre apoyan. Lo que incrementa la sensación de aislamiento, de la mujer o de la pareja. Hoy en día la frecuencia en que las parejas recurren a algún tratamiento de fertilidad ha aumentado muchísimo debido a la edad que tienen las parejas cuando empiezan a buscar el embarazo y al aumento de la efectividad de estas técnicas", aclara.

"Si lo que se ha producido es una pérdida gestacional, un aborto, y la pareja todavía no había informado del embarazo, tampoco se comunica a los familiares o amigos, se trata de hacer “como si nada hubiera pasado”. En ocasiones, cuando se comparte el suceso las reacciones de las personas cercanas pueden no ayudar, ya que muchas veces se trata de minimizar diciendo que “no pasa nada”, “en seguida te quedarás otra vez”, sin saber por dónde ha atravesado esa mujer o esa pareja para llegar a este punto y sin respetar la vida del ser que se ha perdido, que merece ser llorado", incide la experta.

"En estos momentos es útil poder escuchar lo que están viviendo incluso saber de experiencias ocurridas en personas cercanas, para normalizar la situación. Aun así, este hecho tiene que ser acompañado y dado su espacio", hace hincapié la psicóloga.

Respeto, compañía y confianza

"Lo que suele ayudar a las mujeres y parejas que están en este momento es tener personas que les acompañen desde el respeto. Que puedan hacerles preguntas abiertas, desde un interés genuino por la situación de ellos. Preguntas que respeten el momento que puede estar viviendo cada uno y que se ofrezcan espacios de apoyo y escucha de las diferentes emociones que se van generando. En ocasiones, cuando las parejas pueden compartir lo que están viviendo de manera respetada, encuentran que otras parejas están viviendo momentos similares y pueden compartirlo. Esto ayuda mucho a todos", recalca.

No debemos olvidar las preguntas  para ayudar en esta línea: "¿qué tal estáis?, ¿tenéis algún proyecto como pareja que queráis compartir?, ¿hay alguna situación que os preocupe?… o preguntas que no presupongan ninguna opción como mejor que otra y que respeten que la persona pueda elegir cuanta información siempre en un ambiente donde exista confianza".