Ya avisó el belga Thomas de Gendt tras ganar la etapa del 13 de julio en el Tour de Francia sobre la importancia del desayuno, pero parece que lleva un paso más allá el valor nutricional de cada comida. Y la cena de ayer no deja lugar a dudas.

El ciclista belga, que viaja con un nutricionista, despeja los mitos de las cena de pasta y pollo, hidratos y proteína, y nos presenta un menú totalmente diferente y casi digno de un restaurante estrellado.

El menú de Thomas de Gendt en el Tour de Francia

En la etapa 12 apostó por la quinoa, uno de los nuevos superalimentos por sus propiedades nutricionales, 399 k/cal; 16.5 gramos de proteína; 6.3 gramos de grasa; 69 gramos de hidratos de carbono. La quinoa, además, contiene calcio, fósforo, magnesio, zinc, hierro, potasio...

El mango es protagonista no como postre, sino como un componente más de una ensalada fresca, con todo su aporte de fibra, sino también el aporte de vitaminas C, A y E, además del aporte de azúcares y la potencial defensa del sistema inmunológico.

El atún es la proteína del mar por excelencia. Es rico en ácidos grasos poliinsaturados, no aporta ni carbohidratos ni fibra, pero sí 3 gramos de grasa, 119 k/cal, y 22 gramos de proteína.

Pero es sólo el principio. Y es que el chef Carol de Dobbelaere, quien lleva 8 años con el equipo, conoce muy bien a sus compañeros, y sabe perfectamente cómo variar los platos y jugar con los valores nutricionales y los sabores para que no parezca que están en el comedor de un colegio.

Por cierto, el premio por ganar la etapa el otro día fue una bolognesa con una pinta espectacular que el chef nos permitió conocer a través de sus redes. Pero si es el cumpleaños de alguien, recibe una tarta casera. Los helados son artesanos, y hasta las hamburguesas son saludables.