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Hernia discal: los tratamientos preventivos que pueden evitar la intervención quirúrgica

La normalización biomecánica o epiduroscopia son algunas de las novedosas técnicas que pueden emplearse para reducir hasta en un 80 por ciento los casos las posibilidades de pasar por quirófano.

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La hernia discal es uno de los problemas más conocidos y frecuentes de espalda. El paso del tiempo, una incorrecta higiene postural, determinados esfuerzos o un fuerte golpe puede ser el desencadenante de que se produzca un desgaste o desplazamiento en los discos intervertebrales hacia la raíz nerviosa, presionándola y provocando un intenso dolor, que puede ser lumbar o ciático y manifestarse también a través de trastornos motores o alteraciones de la sensibilidad.

Solo en el 10 por ciento de los casos la intervención quirúrgica es necesaria, pero para ello los tratamientos preventivos son básicos. “El 97% de los dolores lumbares tiene una causa mecánica, de este porcentaje un 4% es debido puramente a una hernia discal, un 10% a degeneraciones discales o alteración facetaria, y un 70% debido a distensiones o esguinces lumbares. Sin embargo, en los dos últimos casos, si no se realiza un tratamiento precoz adecuado, existe una gran probabilidad de que con el tiempo se produzca una hernia discal empeorando los síntomas”, explica el doctor José de Andrés Ibáñez, responsable de la unidad del dolor y la unidad multidisciplinar de suelo pélvico del Hospital Vithas Nisa Virgen del Consuelo de Valencia.

Normalización biomecánica

El objetivo de este tratamiento no es aliviar el dolor, sino corregir la causa original de la lesión, es decir, los elementos que provocaron que esta hernia se produjera, como el desplazamiento del núcleo pulposo, dando lugar a una protusión, por el desgaste de un anillo fibroso que lo contiene y protege. “Aplicado durante el periodo de protusión discal podemos evitar que llegue a producirse la hernia por proceso de desgaste; también puede aplicarse cuando las capas ya se han roto, de esta forma corregimos el estímulo que la empeora y que puede provocar otras nuevas”, explica el especialista.

La epiduroscopia

Consiste en introducir una fibra con cámara por el interior de la columna a través de una pequeña incisión. Se trata de una novedosa técnica mínimamente invasiva para tratar el dolor lumbar crónico, que permite a la vez diagnosticar y tratar la dolencia de la espalda y que provoca resultados inmediatos.

Descomprensión

Se basa en liberar de manera mecánica el disco utilizando un ‘descompresor’ que perfora el disco. “Es otro de los tratamientos para la hernia discal más efectivos. Así el paciente consigue un alivio del dolor”.

Inyección epidural contra la ciática

La inyección epidural, empleada para reducir los dolores durante el parto, también se emplea para administrar anestésicos locales o corticoides, según decida el médico, para reducir la inflamación de los nervios afectados y el dolor.

Radiofrecuencia

La radiofrecuencia interrumpe la conducción nerviosa del dolor provocando que se calme. “Para ello al paciente se le colocan unas agujas en las zonas a tratar para adormecer los nervios. Normalmente, su efecto calmante dura de 6 a 9 meses, aunque puede variar de 3 a 18 meses. La radiofrecuencia puede aplicarse en distintas zonas, como el disco o las terminaciones nerviosas en articulaciones entre las vértebras”, concluye el especialista.

Vertebroplastia y la cifoplastia

Se trata de dos técnicas de refuerzo vertebral cuya aplicación depende del diagnótico médico, aunque con ambas se consiguen muy buenos resultados. La vertebroplastia consiste en introducir cemento quirúrgico en el cuerpo vertebral. Mientras que en la cifoplastia, antes del cemento, se inserta un balón en el hueso fracturado para crear espacio.