Una de las claves de la felicidad es comer. Tener tiempo. En muchas ciudades que abogan por la felicidad como modo de vida, desde las llamadas Blue Zones, pasando por las ciudades bañadas por el Mediterráneo, la gastronomía, y cómo se haga, tiene gran parte de culpa del estado de bienestar de una población.

Tendencia de vida que ciudades de los países nórdicos han llevado a cabo y donde el slow life, slow food, es más que una tendencia. Es tener tiempo para ir al mercado a por productos frescos, elegirlos, cocinarlos, disfrutarlos... sin prisa. Sin descongelar en el microondas y comer frente al ordenador. Una nueva manera que nos recuerda a la vida de antes, y que nos sienta muy bien a todos.

Por qué está tan de moda cocinar lento

Y en esta tendencia, la tecnología nos puede ayudar, sobre todo los electrodomésticos y utensilios de cocina que nos facilitan el cocinado lento. Aprender a saborear de otra manera y no tener prisa con los alimentos es una paciencia a desarrollar. Pero que nuestra salud nos los agradecerá.

Preguntamos a la experta Marta Miranda, quien dirige Crockpotting desde el año 2013 y tiene varios libros de recetas sobre la cocina lenta.

¿Cuáles son los beneficios de cocinar lento?

Los sabores se potencian porque se cocinan en sus propios jugos. Las legumbres quedan enteras, tiernas y mantecosas por dentro. Las carnes de segunda, las que tienen tejidos y grasa y que se consideran duras, quedan tiernas y suaves al cocinarse muchas horas a una temperatura suave, convirtiendo esos tejidos en colágeno. Además, se puede cocinar sin prestar atención a la cocina, incluso en ausencia; eso es una gran ventaja práctica.

¿Por qué está tan de moda?

Es una forma de cocinar que se está abriendo paso en las cocinas domésticas españolas durante estos años: funciona el boca oreja de mucha gente que está encantada con este tipo de cocción, y esa es la mejor garantía de que vale mucho la pena cocinar con slow cooker.

Qué es una crock pot u olla de cocción lenta

La cocción lenta lleva años establecida en países como Estados Unidos, donde en cada casa hay un slow cooker. No es nada nuevo, ni una técnica, reciente, simplemente la habíamos olvidado. Nuestras abueltas cocinaban a fuego lento e incluso aprovechaban el calor del los hornos para seguir guisando. La gran novedad que aporta la slow cook es la electricidad y el hecho de que se pueda programar el momento de empezar a cocinar.

• La slow cook es una carcasa que se enchufa a la corriente eléctrica y se calienta mediante unas resistencias internas.
• El calor se transmite a la olla extraíble, que reposa en su interior, permitiendo cocinar mediante una temperatura que sube de manera lenta y gradual hasta alcanzar, tras un período prolongado de funcionamiento, un máximo entre 95º ó 100º.