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Noctívago: cuando vivir de noche como Juan Tamariz es una imposición genética

El ilusionista es un noctívago reconocido, es decir, no es capaz de dormir por la noche, una condición genética que se produce por la mutación del gen CRY1, que puede tener consecuencias para la salud.

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Lo de la noche no lo elegí yo, es un gen familiar. Pensaba que era una costumbre, pero hace unos años me enteré de que puede ser genético. Mi madre, mi hija Ana, mi nieto Daniel y yo no podemos dormir de noche. Y, aunque no lo parezca, lo primero que veo cuando me levanto por la tarde es el sol y lo último que veo es el amanecer”.

Juan Tamariz, el genio del ilusionismo, concedió una entrevista a El País Semanal en la que confesó un aspecto de su vida desconocido para muchos pero con el que determinadas personas han de lidiar. El mago de 76 años es noctívago, una condición relacionada con el ritmo circadiano que le hace imposible dormir por la noche, aunque en su caso, como confiesa, es una bendición.

“La noche es absolutamente mágica, estás bajo el influjo de la luna, de la poesía, de los sueños. Y, encima, nadie te va a llamar por teléfono”, confiesa Tamariz cuya vida nocturna encontró una explicación científica gracias a un trabajo de investigación publicado en la revista Cell, que relaciona la vida nocturna con la mutación de un gen denominado CRY1.

Consecuencias para la salud

El estudio, cuya principal autora es Alina Patke y en el que también participa Michael Young, Nobel de Medicina precisamente por sus hallazgos sobre los ritmos circadianos, pone de manifiesto la mutación en el gen CRY1 hace que nuestro reloj interno funcione más lentamente, lo que contribuye a retrasar la fase del sueño. Mientras que las personas con sueño típico tienden a quedarse dormidas alrededor de la medianoche y se despiertan alrededor de las siete u ocho de la mañana, las personas que sufren la alteración genética generalmente se duermen de tres a cuatro horas más tarde y se despiertan alrededor de las 11 a.m. a mediodía. Esto tiene ramificaciones más allá del sueño.

"Definitivamente hay correlaciones entre este patrón de sueño tardío y una variedad de enfermedades secundarias, que no alcanzamos a comprender completamente. Las personas que se comportan como búhos nocturno tienden a ser mmás propensas a sufrir depresión y también tienen más probabilidades de padecer otras afecciones graves, como enfermedades cardíacas, diabetes y obesidad", concluye Alina Patke.

Puede que Juan Tamariz sea, además de una ave nocturna, una rara avis que encuentra en la noche un remanso de paz idílico para dar rienda suelta a su pasión por la magia, pero lo cierto es que no dormir cuando dicta el reloj biológico puede acarrear serios problemas de salud.