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El yogur se posiciona como aliado para la salud cardiovascular

La Asociación Española de Fabricantes del Yogur (AEFY) defiende las propiedades de este alimento ya que su consumo podría asociarse a efectos beneficiosos sobre algunos factores de riesgo cardiovascular.

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El yogur es uno de los alimentos que con más frecuencia se ha asociado a un estilo de vida saludable. Existen diversas evidencias que afirman que las personas que consumen productos lácteos de forma habitual tienen menos posibilidades de padecer diabetes e hipertensión y, por tanto, de desarrollar enfermedades asociadas. Y en esa línea se posiciona la Asociación Española de Fabricantes del Yogur (AEFY).

El consumo de yogur se relaciona con una mejor calidad de la dieta, un estilo de vida saludable y podría asociarse a efectos beneficiosos sobre algunos factores de riesgo cardiovasculares”, aseguran desde la AEYF, que destaca sus principales propiedades.

“Es un alimento nutricionalmente denso, es decir ofrece gran cantidad de nutrientes en pocas calorías, y estos pueden ayudar a mejorar la calidad de la dieta dentro de un patrón de alimentación equilibrado y saludable. El yogur es fuente de calcio y de proteínas de alto valor biológico, aporta además vitaminas importantes como son las del grupo B y las liposolubles A y D y contiene también los fermentos Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus, que hacen de él un alimento de fácil digestión gracias al proceso de fermentación”, añaden.

¿Desnatados o enteros?

La AEFY también zanja el debate entre yogures desnatados o enteros en base a un reciente artículo publicado en la revista 'Nutrición Hospitalaria', cuyos autores exponen el error que supone “valorar los alimentos según el aporte de nutrientes que contienen de forma aislada, ya que conlleva a interpretar de forma limitante sus funciones y propiedades”.

“Los efectos potencialmente nocivos de los AGS sobre la salud cardiometabólica parecen no ser tales cuando se consumen como parte de alimentos con matrices alimentarias ricas en nutrientes como son la leche, el yogur, el queso u otros productos lácteos. Estudios epidemiológicos de grandes cohortes poblacionales seguidas a largo plazo muestran que el consumo de productos lácteos, especialmente de yogur, no se asocia con un aumento del riesgo cardiovascular. Por tanto, no existen suficientes evidencias científicas para recomendar a la población general el consumo de productos lácteos bajos en grasa o desnatados de forma preferente, en lugar de su versión entera”. conluyen los expertos.

Sea como fuere, no son pocas las voces que abogan por la inclución de los productos lácteos como parte de una dieta equilibrada, aunque siguen recomendando que sean preferentemente desnatados o semidestanados. Y por su puesto sin azúcar.