A menos de un mes para que se inicie el curso escolar en Italia, un problema de salud se avecina para los niños y mayores vulnerables: ya no es obligatoria vacunarse en Italia y eso que los casos de sarampión han aumentado, pero el Gobierno así lo ha querido.

En Italia existe una ley que permite a los colegios pedir un certificado de vacunación que demuestre que los pequeños han sido inmunizados del tétanos, la polio, la difteria, la hepatitis B, la tos ferina, la Haemophilus B, el sarampión, la rubeola, las paperas y la varicela, todas gratis.

Todo parece indicar que la prohibición de la obligatoriedad de las vacunas entrará en vigor el curso que viene, y este año aún los niños tendrán que mostrar ese certificado. Una medida que protege no sólo a ellos, sino especialmente al entorno. Muchas personas que han padecido un cáncer u otras enfermedades tienen las defensas extremadamente bajas, y en ocasiones no es posible ni que reciban una vacuna. Es lo que los médicos llaman la protección del grupo, cuantos más niños vacunados, mayor protección para todos.

Inicio complejo del curso escolar

El problema ahora está en que el Gobierno italiano puede no pedir el certificado oficial, firmado por un médico, y dejar que sean los padres los que digan si está o no vacunado y de qué, lo que obligaría a los colegios a comprobar si es verdad, dificultando no solo la admisión sino poniendo en serio peligro a toda la comunidad.

La fecha oficial será a finales de agosto, mientras tanto los niños vacunados no tendrán problema, y el resto de la comunidad estará protegida especialmente ahora que en Italia los casos de sarampión han aumentado sobre manera. De adelantarse la medida, estamos ante una situación compleja no sólo para la comunidad escolar, sino también ante una posible alerta sanitaria en pocos meses.