Las alertas y estafas alimentarias están al orden del día. En unas ocasiones se deben a un problema de salud pública, como pueden ser brotes de salmonelosis o de anisakiasis, por la venta de productos que no han pasado todos los controles o están en mal estado, léase el reciente caso de los embutidos y jamones caducados en la Comunidad Valenciana, o directamente por la mala fe de quienes ven en una comercialización fraudulenta una forma de llenar sus arcas, haciendo gala de tener muy pocos escrúpulos.

Porque siempre hay un perjudicado. Normalmente suele ser el consumidor el que ve amenazada su salud, pero en otros casos, en los que no hay riesgo sanitario, son los productores o el prestigio de un sector el que se ve salpicado. Aunque en este último caso, el consumidor igualmente se ve afectado. O su bolsillo más bien.

Como ha sucedido precisamente a raíz de que en Francia, las autoridades de lucha contra el fraude, destaparan una estafa por la que vino rosado español a granel, hasta 70.000 hectolitros, o lo que es lo mismo, el equivalente 10 millones de botellas, fue vendido como francés.

‘Afrancesamiento’

Este fraude conocido como 'afrancesamiento' ha sido detectado gracias al trabajo de agentes de la Dirección General de la Competencia, el Consumo y la Lucha contra el Fraude que centraron sus investigaciones en la cadena de suministro, incluyendo productores, importadores, intermediarios y distribuidores.

Las irregularidades detectadas en los establecimientos, cuyo número va en aumento desde que se iniciaran las primeras pesquisas en 2016, hacen referencia a la ausencia de mención sobre el origen del producto en la carta de vinos y la utilización de denominaciones comerciales confusas, así como el afrancesamiento voluntario al vender vino español haciéndolo pasar por francés, que está penado con hasta 2 años de cárcel y multas de 300.000 euros que pueden elevarse hasta el 10% de la facturación.

Notable diferencia de precio

Para hacerse una idea de la magnitud del fraude destapado cabe resaltar que el precio del vino a granel español en 2016 era de 0,34 euros/litro, frente a los entre 0,75 y 0,90 euros/litro pagados por un vino equivalente en territorio galo por lo que el bolsillo de miles de consumidores y el prestigio de cientos de productores se ha visto resentido.

De hecho, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha reconocido su "preocupación" tras conocer la polémica por el fraude detectado en en el país vecino y ha solicitado a las autoridades francesas que mejoren los controles y el etiquetado para que refleje mejor “la calidad de cada producto”.