“La vela clásica es un deporte físico y explosivo”
Entrevistamos al capitán del Islander, Toni Bellés, quien nos cuenta como prepara la mítica regata de vela clásica de Barcelona y nos habla del romanticismo de esta prueba.
En unos días arranca la XI edición de la regata Puig Vela Clàssica Barcelona, la competición deportiva que cuenta con 50 embarcaciones de todo el mundo y forma parte del calendario oficial de la Real Federación Española de Vela (RFEV), prueba puntuable para el Campeonato de España de Barcos Clásicos y de Época de 2018 y para el VIII Trofeo Mare Nostrum.
Si ayer repasamos la historia de Tami Oldham, que sobrevivió 41 días en alta mar a la deriva, hoy preguntamos a Toni Bellés, capitán del Islander, (barco que ostenta el récord de navegación en solitario al dar la vuelta al mundo en tres ocasiones), que en unos días empieza la prueba y nos cuenta cómo es navegar en un barco clásico.
¿Cómo se prepara esta competición?
Este tipo de competición está a la altura de cualquier otra de máximo nivel de vela moderna. En esta línea preparamos el barco y la tripulación. La única diferencia con la vela moderna es que el barco cuenta, además, con una parte estética muy importante, pero la exigencia es la misma o más que en los barcos modernos.
Y por lo que respecta a la tripulación es necesario contar con un equipo en perfecta forma física que sepa navegar y sea profesional o casi de esta disciplina deportiva. De hecho, buscamos profesionales porque muchas veces incluir en el equipo a alguien con ilusión que no está acostumbrado a navegar, es algo que sabemos por regla general que no funciona, empieza con mucha energía, pero conforme van pasando las horas, se cansa de navegar (teniendo en cuenta que un día de competición dura entre cinco y seis horas).
¿Un entrenamiento tipo cómo es?
Es un deporte físico y explosivo porque hay momentos en los que no estás haciendo nada y en cinco minutos tienes que hacer maniobras. Como el 90 % de las maniobras de este tipo de barcos son manuales sí que necesitamos una fuerza física algo superior. También es cierto que según la posición que tienes en el barco, la forma física no es tan necesaria, por ejemplo, el patrón debe tener más agilidad mental que física para dirigir al resto de la tripulación.
¿El gimnasio es clave para poder manejar el barco?
Como en todos los deportes, la forma física es básica. En este caso se puede decir que cuenta más la maña que la fuerza, con lo cual es imprescindible que conozcamos bien nuestra embarcación y hasta dónde podemos llevarla en cada momento. No obstante, estos barcos, dependiendo de las características concretas, exigen una tripulación con una espléndida forma física ya que al carecer de los elementos modernos eléctricos que facilitan su gestión, la fuerza es también imprescindible.
¿Qué tiene de especial navegar en un barco clásico como estos?
Tiene primero, el encanto de estar sobre un auténtico museo flotante, además del cariño que todos los propietarios y regatistas tenemos con estas piezas que forman parte de la historia de la navegación y que nos hacen sentir como que verdaderamente formamos parte de la historia; pues su navegación, en términos generales, se corresponde con la hecha durante cientos de años hasta la llegada de la electrónica.
Lo más especial de navegar en un barco de este tipo es que siempre aprendes. No admite que inventes cosas o intentes incluir cosas de barco moderno. Ya está inventado. Lo que tienes que descubrir es cómo se hacía entonces, la experiencia y la práctica te van a enseñar a sacarle más rendimiento al barco. Sí que juegas con el desplazamiento que hace que provoque unas inercias para aprovechar y darle más o menos velocidad. Eso va en detrimento de que las maniobras sean mucho más lentas.
Uno se imagina leyendas y tardes históricas mirando al mar… ¿sigue existiendo esa mística?
Sí, existe esta mística. Es que navegas en una leyenda, en barcos que, si no tienen 100 años, poco les falta. Has de aprender de él, del barco. Si el barco pesa 130 toneladas, tú pesas 70 u 80 kilos, no intentes dominarlos, déjate llevar y aprende lo que al barco le gusta.
¿Podríamos vivir en barcos, como se hace en otros países?
Sí, se puede vivir tranquilamente en barco y esto se hace cada día. Es más, no deja de ser un apartamento flotante y puedes encontrar hasta lavavajillas, televisores, de todo, dentro de un barco. No hay una diferencia entre una casa y un barco. Prueba de ello es que estos barcos también se utilizan para periodos vacacionales más o menos largos donde desde una familia o un grupo de amigos pueden disfrutar juntos de toda la historia que los acompaña.
Para pasar unas vacaciones en un velero, ¿qué necesitaríamos?
Primero, una buena disposición de ánimo y una capacidad de convivencia, pues las condiciones en este sentido siempre son exigentes por pasar tiempo en un espacio tan definido como el del barco. A efectos de un barco clásico, lo que requiere es ese cuidado exquisito todo el año que asegura que cuando lo utilicemos vamos a poder navegar con la misma tranquilidad y seguridad que en un barco actual. Y, sobre todo, algo muy importante de cuando navegas o vives en un barco es que el horario no existe, estás disfrutando de la vida, estás saliendo del estrés diario… Si hablamos hacer una predicción sobre a qué hora llegaremos es un poco complicado… Se trata de disfrutar del momento y de dónde estás.
¿Cómo se enfrenta uno a 'perderse' en el mar, ¿cómo se sobrevive? Últimamente hay muchos casos que acaban bien, pero ocurren estas situaciones…
Las personas que se pierden en general es por mala praxis y lo que suelen tener es problemas de roturas o propios del barco (por ejemplo el motor). De hecho, es siempre porque el barco no está bien preparado. Tenemos el hábito de llevar el coche a la revisión porque nos vamos de vacaciones, pues es lo mismo. Tenemos el hábito de en casa llamar al fontanero o al electricista, esto es una casa, y encima que te lleva a todas partes. El 99,9% de todos los accidentes son por mala praxis o mal mantenimiento.
¿Se nos olvida ayudarnos de los elementos naturales como las estrellas para guiarnos?
Actualmente son muy pocos y románticos los que lo usan porque de hecho con el móvil también puedes llegar.
El Islander
Fue construido en madera de teca de Birmania y secada al aire libre por un proceso natural durante ocho años antes de empezar su construcción. Su armador, Tom Blackwell, ex marinero inglés de carácter solitario y de pocos amigos, nunca hablaba de su pasado ni de su familia y nunca invitaba a bordo.
El Islander, con su primer armador, ostenta el récord de navegar en solitario tres veces la vuelta al mundo. Circunnavegaba en solitario y cada tres años volvía a Humble (Inglaterra), donde reparaba, pintaba y acondicionaba el barco para su siguiente singladura.
En una de las travesías, el Islander atracó en el puerto de Durban por motivos de salud de su armador. Tom tuvo que venderlo, no quería que su familia lo heredase, la venta se negoció en cubierta por 35.000 dólares. Su nuevo armador, J.Matews, un abogado de Durban, lleva al Islander a New England (EEUU), donde le hacen una gran modernización.
En 1981, Luís Gari lo encuentra lleno de polvo y semiabandonado en los astilleros Carabela, en el Poble Nou de Barcelona. En enero de 1989, Luís Garí se lo vende a su actual armador y tiene su base en el RCN Barcelona.
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