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Las 5 frases que odian los profesionales del pádel

Es un deporte para pijos, es postureo, si juegas al tenis sabrás jugar al pádel, el abuso de la contrapared… hoy desmontamos los mitos del pádel con un entrenador nacional.

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Las 5 frases que odian los profesionales del pádel

Los últimos años el pádel se ha popularizado de tal manera que no hay comunidad de vecinos sin su pista, y colegio que no ofrezca a los alumnos desde bien pequeños la posibilidad de demostrar sus habilidades en el pádel. Pero, ¿y la mítica que rodea a este deporte que muchos creen cargados de tópicos?

Entrevistamos al entrenador nacional Eduardo Herrero, quien con mucho humor nos desgranada esas cinco frases que odian los profesionales del pádel. Porque todos en algún momento hemos tenido nuestros prejuicios y al final te has comprado la pala que recomiendan las mejores páginas.

“El pádel es de pijos”

“¿Aún seguimos con estas? Es verdad que el ‘postureo instagramero’ de algunos no ayuda a derrumbar este mito. Pero creo que lo único pijo de este deporte es su propia fonética: ‘pádellll’ (dicho por estos), el resto de argumentos son prejuicios que año tras año se van reduciendo, a medida que este juego se va extendiendo por barrios y ciudades. Ropa y zapatillas de deporte, bolas de a 3-4 € el paquete de tres y una pala, que sí, es lo más caro. Pero aprovecha unos Reyes o tu cumpleaños y ya está, la vas a amortizar. A partir de ahí, alquilar una pista una hora te vale 3 – 4 € por cabeza. Así que posiblemente te salgan más caras las cañas de después”, nos cuenta Herrero.

“Si sé jugar al tenis, esto está tirado”

“Este es el verdadero drama. El vecino que te dice: “Vamos a jugar, que te voy a machacar”, porque le han regalado una pala nueva y porque en su recuerdo creía jugar bien al tenis. Son deportes de la misma familia, pero con características muy diferentes. Lo único que puedes rescatar de tus años de tenis es la coordinación de los movimientos y la relación con la pelota. Vale, si quieres también la capacidad de sufrimiento ‘a lo Rafa Nadal’ y una cinta Wilson para sujetar el flequillo, aunque quede poco. Nada más. El resto es aprender desde cero o lo que es aún más difícil, cambiar los vicios heredados del tenis: empuñadura, saque, potencia de golpeo, colocación, sincronización con el compañero…”. Es otro deporte, hay que asumirlo y aprender, como nos cuenta el entrenador.

“Ya verás mi contrapared”

“No, no es necesario. Alumnos y jugadores amateurs se empeñan en dejarse la vida contra la pared de fondo sin necesidad. La contrapared es un golpe de último recurso. ¿Por qué? Porque generalmente no la metes; porque te puedes dejar la marca de la pelota de por vida en la cara y porque, suponiendo que te salga más o menos bien, estás vendido en el punto. Sí, de verdad. Sólo se debería utilizar cuando no hay otra opción. No la busques. Si te da tiempo, llega hasta la pelota, gira y golpea de frente (golpe de salida de pared) si quieres seguir ‘vivo’ en el punto. Es menos espectacular, pero es más efectivo y más seguro para conservar los rasgos de tu rostro”, importante a la hora de volver a casa.

“Hacer globos es de paquetes”

“El típico ‘pasabolas’, que se decía en el tenis. Que no te dé vergüenza hacerlos, no te dejes intimidar por presiones sin sentido. El globo toma otro cariz en el pádel. No es un golpe meramente defensivo, es el comienzo de un ataque; es una bola alta al fondo de la pista que puede morir en la pared, que es difícil de devolver; es hacer recular al rival; es ganar la pista; es meter presión; es un golpe tan respetable como cualquier otro y, por supuesto, mucho más efectivo que esa contrapared que tanto te gusta intentar. Quien domina el globo, tiene mucho ganado en este juego”, y si lo dice el entrenador que sabe de técnica, deberíamos hacerle caso.

“Tú déjame, que yo la reviento”

“Tranquilo, Thor. Todos tenemos un amigo ‘brutito’ que aprovecha el pádel para liberar las tensiones de la semana. Siempre acaba perdiendo. Una vez, cuando aún tiene aire, le sale: la revienta y la saca de pista. Aplausos. Pero es 1 ó 2 de 10. El resto se le quedan en la red, no la da, te la deja perfecta en el retorno, agrieta la pared de fondo o la manda a la M-40. El problema de este 'amigote', que seguramente haya jugado al tenis o al frontón, es que se siente poderoso con una pala manejable que despide mucho la bola, en una pista de reducidas dimensiones y con un juego que incita al remate. Pero amigo, la pared siempre nos devuelve esa pelota. Entonces, hay que cambiar el concepto: el pádel consiste en mantener el punto vivo, en exigir al rival, en fallar menos que el otro, en el desgaste, en atacar con sentido... No en dar un pelotazo”. Lo que queremos además es seguir jugando, ya sea con nuestro vecino, primo o jefe, así que nada de sacar el odio acumulado en forma de fuerza bruta.