Cómo elegir tu pala de pádel: dureza, materiales y precio
Además de la forma y la goma de la pala de pádel, hay que tener en cuenta los materiales, la dureza y, cómo no, el precio.
En este segundo post sobre cómo elegir tu pala de pádel perfecta y tras haber analizado primero la forma y la goma, hablaremos de la dureza, los materiales y, cómo no, el precio.
Y es que, lejos de lo que se pueda pensar, no solo es imprescindible conocer qué goma y qué tipo de pala me hace falta. Dentro de las muchas especificaciones que los fabricantes de palas de pádel nos ofrecen debemos conocer, no necesariamente en profundidad, que nos aportan los diferentes materiales de fabricación, cuál es el tipo de dureza que mi juego demanda y algo muy importante, qué inversión necesito hacer para renovar mi vieja pala de pala de pádel.
Por eso os detallamos tres nuevos aspectos a tener en cuenta a la hora de elegir tu pala de pádel perfecta:
1. Sé consciente de la dureza de tu pala de pádel
De la mano del formato, la dureza de la pala es uno de los puntos a tener en cuenta a la hora de escoger mi pala de pádel. Aunque para muchos es algo baladí, no conseguiremos sacar el mismo rendimiento a una pala blanda, de tacto medio o dura según nuestro nivel de juego.
¿Por qué? Es muy sencillo. Las palas blandas se caracterizan por ofrecer una mayor salida de bola –el llamado rebote- que hará que la pelota al golpear la superficie de la pala salga despedida con mayor facilidad. Estas palas, las denominadas blandas, están aconsejadas para niveles bajos y con baja capacidad técnica por su tacto agradable, mayor salida de bola y capacidad para ayudar en los golpes.
Una vez que nuestro nivel vaya aumentando, el cuerpo nos pedirá más. El siguiente paso serán las palas de tacto intermedio. Estas serán aquellas que, como en el formato lágrima, caminan entre los extremos. Sin una gran salida de bola y con un plus de dureza sobre sus antecesoras serán el paso intermedio al tacto más duro.
Un tacto duro que solo está recomendado para los jugadores más técnicos. La escasa salida de bola penalizará los errores, pero en contraprestación nos dará un plus de potencia y una mayor resistencia al apenas entrar la pelota en la cara de la pala.
Por lo tanto, será mejor comenzar con una pala de pádel blanda, que nos permite disimular nuestros defectos técnicos y según vaya avanzando nuestro nivel iremos acercándonos a las gamas más duras.
2. Vigila los materiales, no la estética
Aunque para muchos los materiales de su pala de pádel son unos grandes desconocidos, nunca está de más saber qué compramos, qué tenemos y en qué nos puede ayudar. La estética de la pala importa, pero hay un mundo detrás de un diseño llamativo.
Existen muchos material de fabricación –basalto, grafeno, kevlar, corcho…-, pero los más utilizados son la fibra de vidrio, el carbono y el grafeno. Estos serán los que copen el mayor espectro del mercado y confiriéndonos diferentes sensaciones y cualidades.
El más utilizado, sin duda, es el carbono. Desde hace unos años se ha impuesto en el mercado este material por su alta flexibilidad, alta resistencia y gran ligereza. Aunque es habitual encontrarlo en la fabricación de los marcos y caras, será más frecuente en palas de gama alta que en el resto de niveles.
Por su parte, la fibra de vidrio es el material que poco a poco ha ido perdiendo algo de peso. Hasta hace poco era habitual encontrarlo en todas y cada una de las palas de pádel del sector, pero ha perdido algo de importancia. No obstante, despide más que el carbono, aporta una mayor elasticidad y flexibilidad, pero tiene tendencia a ser menos resistente y duradero.
Y por último, y no por ello menos importante, el afamado grafeno. Este material ha irrumpido en el mundo de las palas de pádel en los últimos años como una verdadera revolución. El denominado ‘material de Dios’ es más fuerte que el carbono sin perder flexibilidad y elasticidad, lo que confiere a las palas de pádel una mayor durabilidad y las mismas prestaciones que cualquiera de las otras gomas.
3. Olvídate del precio
Y es que aunque parezca un tópico, no por tener una pala de pádel más cara tenemos un pala mejor. Los precios de las palas de pádel están determinados por muchos factores –materiales, I+D, temporada de fabricación…- que fijarán un precio u otro, pero nunca serán definitorios del tipo de pala que tenemos que comprar.
Y es que en el pádel amateur son cada vez más frecuentes los perfiles que prefieren tener una pala de pádel cara a una adecuada a su nivel. Tener la pala de Fernando Belasteguín, Paquito Navarro o Juan Martín Díaz no garantiza, ni de lejos, jugar como ellos. Al igual que comprarse las botas de Messi o la raqueta de Rafael Nadal no implica adquirir sus cualidades innatas, tener la pala de tu ídolo no es garantía remates por tres o dormilonas.
El precio es un factor a tener en cuenta, sí, pero nunca deber ser el hecho diferencia que nos lleve a escoger una pala. Existen ofertas, descuentos y multitud de marcas y tiendas especializadas que nos permitirán tener lo que necesitamos.