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Llevamos años equivocados con las grasas saturadas

¿Son tan malas las grasas saturadas como nos han hecho creer durante tanto tiempo? Un estudio desmitifica este nutriente y explica por qué no es malo

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Resulta que llevamos años equivocados con las grasas saturadas

¿Quieres perder peso y mejorar tu salud? Más grasa saludable te puede ayudar. Aunque la grasa, específicamente la grasa saturada, ha sido culpada largo tiempo por (supuestamente) aumentar el riesgo de diabetes y enfermedad cardíaca, las investigaciones muestran que los carbohidratos pueden ser realmente los señalados.

Un estudio publicado en la revista PLOS desafía la teoría de que la grasa saturada en la dieta es mala, o un factor que contribuye a la enfermedad cardíaca.

Grasas saturadas

Durante el estudio, los participantes recibieron seis dietas de tres semanas que aumentaron progresivamente los carbohidratos y al mismo tiempo redujeron la grasa total y la grasa saturada. Las calorías y las proteínas permanecieron igual. A medida que aumentaron los niveles de carbohidratos, los niveles sanguíneos de un ácido graso (ácido palmitoleico), que se sabe que aumenta el riesgo de enfermedad cardíaca y diabetes, también aumentó constantemente.

Cuando el ácido palmitoleico aumenta, es señal de que una proporción cada vez mayor de hidratos de carbono se convierte en grasa en lugar de quemarse como combustible. En otras palabras, la cantidad de carbohidratos que consumes puede determinar cómo se procesa la grasa saturada, ya sea quemándose como combustible o almacenándose en forma de grasa.

¿Cuánta grasa deberíamos comer?

Un estudio de 2015 de la revista Open Heart indica que la investigación no respalda las pautas originales de consumo de grasa dietética creadas entre 1977 y 1983. Estas directrices recomiendan reducir la grasa a aproximadamente el 30 por ciento de nuestras calorías diarias totales y reducir la grasa saturada de carnes rojas y productos lácteos como leche, huevos y queso, hasta no más del 10 por ciento del total de calorías.

Pues bien, es parte de la culpa de la epidemia de obesidad de hoy en día: las personas evitaban la grasa y la reemplazaban por azúcares y carbohidratos refinados, a menudo en forma de alimentos envasados sin grasa.

Es hora de dejar de pensar en la grasa de la dieta como el enemigo. De hecho, la grasa es una fuente clave de energía y nutrientes esenciales. No puedes vivir sin ella y puede ayudarte a perder peso. Es por eso que la dieta keto (en la que el consumo de grasas es muy, muy elevado) está tan de moda, y no supone un peligro para la salud en personas sanas. De hecho, como publicamos recientemente, la dieta keto puede ayudar a las personas obesas más que el ejercicio físico para la pérdida de peso.