Hay un famoso refrán que dice que “desayunemos como un rey, comamos como un príncipe y cenemos como un mendigo”. La realidad es que éste no puede estar más equivocado, ya que es un mito que debamos desayunar una gran cantidad de nutrientes “para empezar bien el día” o que “tengamos que cenar solo verdura y proteína”, como desmintió Aitor Sánchez, uno de los nutricionistas con más reputación actualmente en España, en su libro “Mi dieta cojea”.

No es de extrañar que nos enfrentemos a una gran epidemia de obesidad: por una parte, no tenemos control ninguno de las raciones que tomamos, comemos por antojo y sin ninguna planificación, y además, nos basamos en una pirámide alimentaria desfasada que prioriza los hidratos de carbono como pan, patatas, pasta o harinas por encima de frutas y verduras, que deberían ser la base por su gran cantidad de micronutrientes (vitaminas, minerales…)

No solo no ayudan ninguno de los hechos que hemos comentado más arriba: los azúcares y los productos ultraprocesados copan la mayoría de los productos de un supermercado, y muchos nutricionistas se mueven por los intereses de la industria alimentaria y de las grandes marcas para fijar las dietas de sus clientes, que en muchos casos están repletos de galletas, por ejemplo, de grandes marcas de la industria que solo aportan azúcares, como publicaba hace ya cuatro años Juan Revenga, otro de los grandes expertos en nutrición.

No damos a las proteínas y grasas la importancia que se merecen: pese a que los hidratos de carbono son un macronutriente esencial, es precisamente el menos importante de los tres y al que más importancia se le da: las dietas cetogénicas, sobre todo en pacientes obesos, han demostrado su efectividad por encima de dietas altas en hidratos de carbono e incluso el ejercicio para la pérdida de peso.

Luego está la moda de los batidos détox o los sustitutos de comida, ¿realmente pensamos que por estar un mes “depurando” nuestro organismo para después volver a la comida basura de siempre vamos a solucionar algo?

Si miramos detenidamente el carrito de la compra de cualquier persona en España, está llena de productos insalubres y con bajo contenido en nutrientes de calidad: como mencionábamos arriba, la gente se mueve por lo barato y no por hacer una compra saludable, y de ahí uno de los grandes problemas de la obesidad hoy en día. ¿Cómo no hacerlo, si un pack de bollería industrial, coca colas o pizzas precongeladas son más baratos que 2 kg de frutas o verduras? El movimiento realfooding.com, de otro gran nutricionista como es Carlos Ríos, que además sube mucho contenido a su página de Instagram para comer de forma saludable, trata de concienciarnos sobre todo esto.

La cuestión de fondo es cambiar de hábitos: el ejercicio promueve que comamos mejor, el sedentarismo las enfermedades crónicas y una comida pésima y no hay nada más real que tomar conciencia de todo esto para poder vivir más años y con mayor salud.