La llegada del buen tiempo parece que es ya real, y el calor y el sol se han instalado en casi todas partes. Pero tiene un doble peligro, teníamos tantas ganas de buen tiempo que salimos al sol rápidamente y no pensamos en lo perjudicial que puede llegar a ser.

Un domingo de terracitas, un paseo por la playa, una excursión a la montaña… y ya están las primeras quemaduras del sol en la piel. Es un gran peligro y por eso hemos preguntado a los profesionales de Delial de Garnier la mejor manera de protegernos para la nueva temporada de sol.

¿Por qué hay que cambiar los productos de un año a otro?

Después de que un producto cosmético ha sido abierto por primera vez va perdiendo propiedades debido al contacto con el aire, los microorganismos del ambiente, del agua… por ello en los envases de cosméticos aparece el símbolo PAO (periodo después de apertura) que consiste en un símbolo de tarro abierto en el que se incluye un nº y la letra M. Este símbolo indica los meses en los que se puede garantizar que el producto conserva sus propiedades después de haber sido abierto.

En el caso de productos solares el PAO suele ser de 12M (12 meses) pero además hay que tener en cuenta que son productos que están sometidos en playas y piscinas a altas temperaturas, humedad… durante periodos prolongados de tiempo por ello, para poder estar seguros de que al utilizarlos estaremos adecuadamente protegidos, es conveniente descartar los protectores solares que se hayan abierto el año anterior.

¿Cómo saber si está caducado un bronceador?

Todo cosmético que pueda garantizar una duración superior a 30 meses no requiere llevar una fecha de caducidad impresa en sus envases. Un bronceador puede conservarse en buenas condiciones más allá de 36 meses, por tanto no caduca si su envase no ha sido abierto. En cualquier caso, si se detecta un olor desagradable, cambios en la textura o cualquier característica que haga pensar que el producto no está en buenas condiciones, no debe utilizarse.

¿Qué peligro tienen estos primeras días al sol?

El bronceado es consecuencia de los mecanismos de protección de nuestra piel frente al sol: al exponerse al sol, la piel sintetiza melanina que es un pigmento que tiene función de protección solar. Esta síntesis de melanina tiene lugar de forma gradual y tiene un límite, es decir, no por exponernos más tiempo al sol la vamos a sintetizar más rápido ni en mayor cantidad, al contrario: sufriremos un eritema solar y quemaduras.

En los primeros días al sol, sobre todo después del invierno, la piel tiene poca cantidad de melanina y por ello está menos protegida de manera natural, por ello es necesario utilizar factores de protección solar más elevados al principio de las exposiciones.

¿Cada cuánto debemos echarnos la protección en la ciudad?

En la ciudad no hacemos una exposición intensa a los rayos solares sino una exposición ligera o casual. En estos casos es suficiente utilizar un producto de cuidado con SPF en el rostro por la mañana, o incluso una crema de cuerpo con SPF. Hay que tener en cuenta que en la ciudad no vamos a nadar, secarnos con toalla, ni estamos sometidos a los roces con arena y toalla.

Si practicas deporte al sol, ¿cuál sería tu rutina perfecta?

Cuando hacemos deporte, a veces nos olvidamos de los riesgos que entraña la exposición al sol. Garnier Ambre Solaire asume el reto con UV SPORT: la primera protección solar multirresistente diseñada específicamente para actividades al aire libre, para atletas de élite y deportistas aficionados. Resiste al sudor, no gotea en los ojos, muy resistente al agua y deja respirar la piel. Todo para hacer más cómoda tu actividad al aire libre!