La cantante Amaia Montero actuó en los Premios Cadena Dial de Tenerife y su salida al escenario fue muy comentada por su nuevo aspecto físico. La cantante, de 41 años tenía el rostro hinchado, los ojos rasgados y los pómulos extremadamente marcados.

El doctor Junco, cirujano plástico y estético, nos da algunas claves de este cambio de rostro. “Cabe destacar que Montero, a pesar de sus idas y venidas en cuanto a su peso, es una persona curvy de por sí y eso es algo a tener en cuenta cuando hablamos de medicina estética”, afirma.

De curvy a extrema delgadez

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“En el caso de las personas con figura curvy, existe una ventaja a nivel facial: hacen falta pocos rellenos para frenar el envejecimiento, ya que la grasa natural es un gran aliado contra los signos de la edad”, cuenta.

Así, “si una persona curvy recurre a los rellenos, probablemente acabará consiguiendo un aspecto más de ‘pepona’ que de jovialidad. En estos casos, lo ideal es recurrir a tratamientos como los puntos de anclaje o el uso de los hilos tensores”, una técnica que se ha demostrado efectiva y poco invasiva también en el rostro de los hombres.

Respecto a la infiltración de toxina botulínica, “es importante saber dónde infiltrar la sustancia para que no se disparen las cejas hacia arriba provocando una expresión parecida al susto”.

Falta saber si este cambio de rostro era fruto del maquillaje, o retoques más profundos, por lo que en los próximas días o actuaciones veremos cómo luce Montero para saber con más exactitud qué se ha hecho.

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