El sumo es el deporte nacional de Japón, un tipo de lucha libre donde dos luchadores contrincantes o rikishi se enfrentan en un área circular. No es ningún secreto que todos los atletas, sea cual sea su disciplina, pasan una gran cantidad de tiempo perfeccionando sus dietas y entrenando para obtener un mejor rendimiento. Los luchadores de sumo no son diferentes: no solo comen lo que quieren, como puede parecer, para llegar a ese tamaño. Tienen una dieta estricta y una rutina que siguen a rajatabla.

La revista GQ habló con el luchador de sumo de Mongolia, Byambajav Ulambayar, que pesa alrededor de 160 kilos cuando está en su mejor forma, y ha sido campeón mundial cuatro años. Existe la idea errónea de que comer como un luchador de sumo implica una alimentación nociva, con carretillas de sushi y platos fritos. Pero el sumo es tremendamente competitivo. Es un trabajo agotador, riguroso y disciplinado, y quizás lo más sorprendente es que los practicantes de esta disciplina solo hacen dos comidas al día.

"En otros deportes, la gente confía en una gran cantidad de proteínas en polvo, pero yo nunca tomo suplementos, así que construyo mi cuerpo con una dieta saludable”, dijo a la revista GQ. En el entrenamiento tradicional de sumo, como los que Ulambayar hace en Japón, los rikishi (luchadores) no desayunan. Las mañanas comienzan con una agotadora sesión de entrenamiento de cinco horas con el estómago vacío. Son cinco horas de pura trabajo físico: forcejear, empujar, y la fricción de la piel golpeando contra el suelo: agotador.

Ese entrenamiento generalmente es seguido por un almuerzo enorme de chanko-nabe, el plato culturalmente más ligado a la lucha de sumo. Es un guiso abundante que se puede preparar con casi cualquier tipo de vegetales (bok choy, daikon, setas, cualquier cosa que te puedas imaginar) y muchas proteínas (pollo, pescado, albóndigas, tofu) en un caldo. Las mismas reglas que se aplican a la dieta de sumo y son parecidas a la del resto de deportes alta competición: un equilibrio de carne y pescado, hidratos de carbono como arroz y fideos, y tantas verduras como puedas imaginar.

La ingesta calórica diaria de un luchador de sumo es más del doble que la de un humano promedio: Ulambayar come en el rango de unas 4.000 calorías por día (no las 10.000 calorías que se informan en otros medios). Sin embargo, debido a que el sumo no es un deporte de temporada, sino una serie de seis torneos de 15 días cada dos meses, el entrenamiento y la dieta son constantes durante todo el año.