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Las 10 situaciones ‘roba energía’ según el Dalai Lama

Descubrimos situaciones, personas, momentos del trabajo, de la pareja, de la familia, que nos agotan, nos roban la energía, nos entristecen, no nos dejan avanzar.

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Las 10 situaciones ‘roba energía’ según el Dalai Lama

Queremos afrontar el 2018 con una mente libre de negatividad, de personas que nos agotan, enfrentándonos a nuestros miedos y tomando las riendas de nuestro destino: lo que no te guste, cámbialo; lo que quieras hacer, hazlo. ¿Viajar? Por qué no. ¿Vivir en otro país? Pregúntate qué te ata y si lo puedes modificar. ¿Qué te hace infeliz? Dilo y lucha por modificarlo.

Aléjate de las personas tóxicas

Todos conocemos a gente que no para de quejarse, que sólo es negativa, que nunca ve nada bueno. Esas personas te acaban robando la energía, la calma y hasta la sonrisa. Lo mejor, dejarlas ir, cambiar de camino, alejarlas de tu vida, y respirar tranquilamente.

No debas dinero

En el mundo de hoy es difícil, especialmente con las casas, las hipotecas, los coches, los viajes, los estudios… pero es verdad que no tener deudas aporta tranquilidad, no tienes ataduras, estás libre, y es una descarga para vivir el día a día sabiendo realmente lo que tienes.

Cumple tus promesas

Puede parecer una tontería, pero es una de las mejores formas de ser honesto. No sólo ante los demás, aprende a pensar antes de hablar, a no decir sí directamente, sé un poco más reflexivo porque la palabra dada tiene valor. Si te has propuesto el 1 de enero empezar a correr, hazlo. Si te has propuesto ayudar a su sobrino los sábados, hazlo. Intenta que tu palabra valga, que sea real y tenga un valor efectivo. Y si realmente no quieres hacer algo, no lo hagas.

Aprender a delegar

No sólo porque ya sea en casa, en la universidad, en clase, en el trabajo, si puedes delegar, hazlo con las tareas que no quieras hacer. No te amargues, no te enfades, no entres en una espiral de negatividad. Si puedes pedir a alguien que haga una parte del trabajo que no te gusta y tú centrarte en lo que te gusta, será un gran paso para que todos estén más contentos, realizados, sacando lo mejor de sí mismos. Dedica tiempo a hacer lo que disfrutas realmente.

Descansa y actúa

Puede parecer una contradicción pero no lo es. Descansar es necesario, no sólo dormir, sino descansar la mente, reposar ideas, pasar tiempo escuchándote. Hay momentos para todo, no hace falta correr. Y hay momentos para actuar. Si te apetece coger esa oportunidad laboral, hazlo, no suelen repetirse. Si quieres viajar, hazlo, quién sabe qué pasará mañana. Si necesitas cambiar de aires, hazlo; más tarde te puedes arrepentir y no ser feliz.

Sé organizado

Lo hemos visto en varias ocasiones, la importancia de hacer la cama para los militares, las enseñanzas de una mesa recogida y el efecto en nuestro cerebro. Cómo los japoneses tienen un día especial para eliminar, recoger, limpiar y tirar lo que no usan antes del año nuevo. Organizar nuestro espacio nos permite organizar también nuestra mente, nuestra vida.

Cuídate

La salud es lo más importante, comer bien, hacer ejercicio, dormir… es necesario para que nuestro cuerpo sea nuestro templo, como dicen en muchas religiones. Y es verdad, no tenemos otro, hay que cuidarlo.

Los problemas, de frente

Si tienes un problema y evitas solucionarlo, no estás haciéndolo bien. Cuanto antes soluciones lo que sientes, lo que te pasa, lo que te molesta, antes estarás más tranquilo si debes estarlo y antes la situación tendrá una solución. Son momentos también que nos roban energía, ya sea con amigos, familiares o la pareja. Cuanto antes arregles lo que os ocurre, antes estaréis todos más tranquilos.

Acepta lo que no puedes cambiar

No estamos hablando de ser un resignado. Hay determinadas situaciones que no dependen de nosotros, situaciones que no podemos controlar hagamos lo que hagamos. Resistir y pelear contra eso te roba energía, te cansa, te agota, te entristece… Acepta la situación de la mejor manera y trabaja para enfrentarla de la mejor manera.

Perdona

En muchas religiones el perdón es un precepto, es básico, y el Dalai Lama lo aplica siempre. Tener rencor hacia alguien nos roba energía, nos agota, nos hace no ser felices, no estar pensando en lo positivo que tienes. Perdonar es una manera de dejar ir, ya sea una persona, una situación.