Según el Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Muscoescquéleticas y de la Piel,“la dermatitis atópica es una enfermedad de la piel. Las personas que tienen esta enfermedad presentan muchos picores. Al rascarse, se provoca enrojecimiento, hinchazón, heridas, secreción de líquido claro, costras e incluso escamas. A menudo, la piel empeora (cuando surgen brotes) y luego mejora o desaparecen los síntomas (remisiones)”.

Es una enfermedad muy molesta que puede llegar a afectar hasta el 5 % de los adultos y el 20 % de los niños (en pocas ocasiones afecta a niñas). La piel atópica es diferente en cada persona, a cada uno le afecta de manera diferente y no hay un tratamiento general. Suele curarse en el 90 % de los casos.

Cómo paliar la dermatitis atópica

Hidratar la piel con cremas de vaselina y no utilizar colonias en la piel es uno de los principales remedios para evitar los picores. Los alcoholes de los perfumes pueden empeorar los picores y las reacciones. Las cremas con vaselina facilitan la hidratación y evitan que salgan las heridas.

Para limpiar la piel lo mejor son jabones neutros y aceites limpiadores para pieles sensibles. Cuanto más natural, mejor. Cualquier reacción química puede afectar a los eccemas o activar la irritación.

Las situaciones de estrés afectan bastante, en muchas ocasiones está relacionada con las reacciones emotivas, la vuelta al trabajo y al colegio puede ser un factor estresante que desencadene un brote intenso. El cambio de temperatura afecta bastante, el uso de calefacciones puede hacer que haya brotes más intensos, así como ambientes más secos.

Debemos vigilar para evitar los picores

-que la piel esté muy seca, hidratarla varias veces al día

-evitar alfombras, moquetas, edredones

-que la ropa sea lo más natural posible

-la ducha mejor con agua templada y no secar fuerte, sino a pequeños toques