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ENFERMEDADES

Casi todos los casos de anorexia y bulimia aparecen entre los 14 y los 18 años

Las mujeres sufren 10 veces más este tipo de trastorno que los varones. La prevalencia de la anorexia es de entre el 2,2 y 3,6% mientras que la de la bulimia es de entre 1,3 y 2% de la población
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Casi todos los casos de anorexia y bulimia aparecen entre los 14 y los 18 años
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La anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa son trastornos alimentarios que se caracterizan por alteraciones en la alimentación relacionadas con la distorsión de la imagen corporal. Se asocian con una sobrevaloración de la forma corporal y el peso.

La doctora Mª Angustias Salmerón, colaboradora de la SEPEAP, hace un perfil de estos pacientes: “Suelen ser mujeres, adolescentes, delgadas, con excesiva preocupación por su imagen corporal y la comida”. Los rasgos de personalidad más frecuentes son:

- Muy perfeccionistas y con gran nivel de autoexigencia.

- Negación del hambre

- Inmadurez afectiva y en las relaciones de pareja.

- Fuerte dependencia de su entorno

- Aislamiento social

La bulimia nerviosa y el Trastorno de Atracones se caracterizan por episodios frecuentes de ingesta excesiva de comida en un corto periodo de tiempo, en el caso de la Bulimia, se siguen de conductas compensatorias (como las purgas) para contrarrestar el aporte calórico extra. En el Trastorno de Atracones, como no hay conductas compensatorias de forma regular, normalmente tienen sobrepeso u obesidad.

El perfil del paciente con bulimia nerviosa es una mujer, adolescente, con peso normal o sobrepeso y con baja autoestima. Tienen una preocupación excesiva por la alimentación, suelen tener ciclos de dietas extremas y ayuno a lo largo de su vida. No suelen comer en público y suelen hacer una actividad física irregular, al igual que la alimentación “en atracones”.

Características de los pacientes que sufren estas enfermedades:

- Se estima prevalencia real de los trastornos del comportamiento alimentarios en un 2,2-3,6% en la Anorexia y en un 1,3-2,0% en la Bulimia.

- Sexo: la relación hombre/mujer para los trastornos del comportamiento alimentarios es de 1/10.

- Edad de inicio: el 85% de los casos aparece entre los 14 y los 18 años, aunque puede iniciarse a cualquier edad. En los últimos años, la edad de inicio está disminuyendo progresivamente.

- Profesión: las deportistas de alto rendimiento, bailarinas profesionales y modelos son de alto riesgo para desarrollar estos trastornos.

- Determinadas enfermedades que afectan a la imagen corporal (diabetes, fibrosis quística, obesidad, etc.) y algunos trastornos mentales (trastornos de ansiedad y depresión) predisponen a los trastornos del comportamiento alimentarios.

El tiempo medio de evolución de la enfermedad es de 4 años, cursando de forma episódica con gran influencia en las recaídas de los acontecimientos vitales estresantes. La bulimia nerviosa tiene un mejor pronóstico.

El pronóstico es variable, la enfermedad puede durar mucho tiempo, con una evolución episódica y fluctuante asociada a los eventos estresantes de la vida. De forma general, la mitad de los pacientes con trastornos alimentarios evolucionan favorablemente y de la otra mitad, el 30% sigue presentando algún síntoma y el 20% restante tiene mala evolución.

Concretamente, entre un 25% y un 50% de los pacientes con bulimia nerviosa que son capaces de participar en el tratamiento se curan; la anorexia nerviosa tiene peor pronóstico, sobre todo, si se asocia a conductas autolesivas. La mortalidad de la anorexia nerviosa está entre un 2% y un 8%, de forma que sería la enfermedad psiquiátrica más letal.

Los trastornos del comportamiento alimentario tienen una alta probabilidad de recuperación en los primeros 10 años del inicio de la enfermedad, en la anorexia nerviosa la posibilidad de recuperación disminuye al aumentar el tiempo de evolución de la enfermedad, siendo un factor de mal pronóstico la anorexia nerviosa prolongada.

La doctora Salmerón recalca “La prevención es la labor fundamental del pediatra, se debe de sospechar ante una conducta anómala y se debe de incluir en las revisiones periódicas de salud. Para la detección precoz, es esencial que los profesionales sanitarios realicen preguntas para descartar Trastorno de Conductas Alimentarias en la consulta, especialmente en las revisiones periódicas de salud del niño y adolescente”.