A mediados de octubre salió a la luz una de las historias de supervivencia del año. Una chica de 38 años de Woodland Hills (California, Estados Unidos) de nombre Holly Suzanne Courtier, estuvo desaparecida durante 12 días en el Parque Nacional de Zion (Utah). Unos hechos que se produjeron tras haber perdido su trabajo de niñera a consecuencia del coronavirus.

Los periódicos locales contaron que la excursionsita se subió a un bus lanzadera que le dejaba en una zona con varias rutas de senderismo pero no lo cogió de vuelta. Su hija denunció la desaparición y los servicios de emergencia se pusieron a trabajar en su búsqueda. Voluntarios, especialistas, drones y unidades caninas peinaron la zona sin éxito durante días hasta que casi dos semanas después, un visitante avisó de que la había visto.

Aunque en un primer momento no se dieron muchos detalles sobre el estado de la chica, su hija contó la siguiente versión: "Se golpeó en la cabeza y por suerte fue a parar a una fuente de agua -el río- dondep ensó que debía permanecer si quería sobrevivir; además, no podía dar más de dos pasos sin caer, así que no podía pedir ayuda". Una versión que más adelante modificó, alegando que "no llegó a beber agua".

Esta modificación se hizo porque la policía ha abierto una investigación dudando de la versión que Holly Suzanne Courtier ha dado sobre su desaparición. Básicamente porque justo el río Virgin donde estaba sufría una proliferación de algas tóxicas que no la hubiera salvado, sino más bien acelerado su muerte. Además, el cuerpo policial sospecha también debido a la facilidad con la que se movía una vez rescatada, lo cual no cuadra con que no pudiera dar dos pasos tras el accidente.

Cabe destacar que tampoco tienen una teoría al respecto de por qué podría haberles engañado. Solamente tienen el GoFundMe que abrió la familia para pagar los costes de la atención médica en el centro de salud mental donde se encuentra, con el que recaudaron casi 12.000 dólares.