Pogacar gana en Jebel Jais con el mínimo esfuerzo y lidera el UAE Tour

El fadeaway de Michael Jordan, los driblings imposibles de Leo Messi… Genios tocados por la varita del talento, como a día de hoy lo es Tadej Pogacar. Sabes lo que va a hacer, cuándo y cómo, pero a la hora de la verdad es imparable, demoledor. Sin infortunios, el prodigio esloveno es la medida de todas las cosas en un ciclismo que, salvo contadas excepciones, domina a su antojo. Este miércoles, en la decisiva ascensión a Jebel Jais en el UAE Tour, donde ya conocía la victoria de pasadas ediciones, estrenó su casillero de triunfos en 2025 con absoluta autoridad. Ha necesitado tres días de competición para conseguirlo, sin excesos y ahorrando esfuerzos, gracias a un ataque a 200 metros del final que le dio la gloria y el liderato de la carrera en detrimento de un Joshua Tarling que claudicó a un par de kilómetros de meta.

El recorrido no ofrecía muchas alternativas a la sorpresa o la improvisación. Unos 145 km llanos, con un paisaje más montañoso como telón de fondo, hasta llegar a los pies de Jebel Jais, ascensión tendida y al mismo tiempo traicionera, ya que su pendiente media baja ligeramente por varios tramos de ligero descenso. “Se subirá a un ritmo de unos 30 km/h”, reconocían a AS directores deportivos de varios equipos minutos antes de la salida. No sólo se cumplió, sino que los tambores de guerra resonaron en el desierto desde los primeros compases de carrera. La primera hora se completó a 46 km/h de promedio. Poca broma. No obstante, esa situación no encogió el corazón de los cinco valerosos aventureros que formaron la escapada del día: Dorde Duric y Carlos Samudio, del Vini Fantini, y el trío del Bardiani representado por Federico Biagini, Lorenzo Conforti y Manuele Tarozzi.

Su ventaja apenas superó los dos minutos dada la furia con la que rodó el pelotón, que les cazó a 18 km de la meta a pesar de sestear durante un rato. Pogacar estaba loco por la música. Ya lo demostró el primer día, con una aceleración lejos de meta, antes de su ataque en el repecho final. En la crono mejoró prestaciones con una tercera posición, pero a un depredador como él no le sirve. Sólo lo más alto del podio sacia su apetito. Sus compañeros del UAE enfilaron al pelotón desde las primeras rampas con un ‘treno’ temible. Los últimos acelerones, cortesía de Novak y Vine. Casi nada. Los Movistar, bien representados en las primeras posiciones con Romeo y Castrillo, además de un Einer Rubio que se pegó un buen calentón para regresar al grupo tras sufrir una inoportuna avería.

Pogacar acaparaba toda la atención, sobre todo cuando decidió posicionarse hacia la mitad del pelotón, con continuas miradas hacia atrás. Una maniobra poco habitual en él, mientras sus compañeros tiraban a bloque. ¿Tendría malas sensaciones o simplemente estaba juguetón? Hubo que esperar hasta los últimos 200 metros para salir de dudas, momento en el que Pogacar arrancó la moto, después de que Vine le cerrase el hueco que previamente había conseguido Felix Gall, y venció al esprint con suficiencia ante Oscar Onley. El dúo del Movistar estuvo fantástico, con un Pablo Castrillo (8º) que ahora es tercero de la general, justo un segundo por delante de Iván Romeo (7º del día). Ambos lucharán por el podio en la última etapa en Jebel Hafeet.

“Se siente asombroso conseguir la primera victoria del año, superfeliz de volver con una victoria después de tres días. Fue duro para los chicos controlar la carrera porque era una etapa larga. No tuvimos ayuda hasta la subida final y ejecutamos el plan muy bien. Todo el mundo en el equipo merecía la victoria y es especial ganar en UAE con el maillot arcoíris. Una parte de mí esperaba que Tarling se mantuviese en el grupo y retuviese el maillot rojo, pero estaré más feliz de llevarlo yo mañana. La general no ha terminado. En tres días llanos, nunca sabes lo que puede pasar aquí”, resumió Pogi, con una sonrisa de oreja a oreja. El rey ya manda.

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