Giro de Italia hoy, etapa 7: horario, perfil y recorrido

Primer test de trascendental importancia en el Giro de Italia. No es muy habitual ver en una gran vuelta que en la primera semana haya un final de etapa por encima de los 2.000 metros de altitud. Pero esto es la Corsa Rosa, una prueba que tiene dureza para regalar. Los Apeninos, también, tal como podemos comprobar en el perfil de la séptima etapa de la 106ª edición: 218 km y 3.900 metros de desnivel acumulado.

El terreno es lo suficientemente duro como para obligar a los favoritos a mostrarse. Máxime, con las actuales circunstancias. Remco Evenepoel, si bien se había mostrado hasta ahora como el corredor más en forma de la carrera, llega tocado a este primer gran test después de las dos aparatosas caídas sufridas en la quinta etapa. Un mal menor para lo que pudo haber sido, sí, pero esos dolores en el sacro, unido al mal descanso durante dos días seguidos, son toda una invitación a la batalla para sus rivales.

En esas emerge la figura de Primoz Roglic, que tiene la imperiosa necesidad de empezar a recuperar tiempo para paliar los 44 segundos que ya cede ante el belga más la presumible pérdida que tendrá el próximo domingo en la contrarreloj. El lugar indicado para hacerlo será el Gran Sasso, donde en los últimos días se trabajó a contrarreloj para retirar una pared de ocho metros de nieve. Las temperaturas que se esperan, cercanas a los cero grados, más una probabilidad de lluvia bastante alta, dejarán a más de uno eliminado.

La ascensión como tal, si bien no es de las más duras de este Giro en cuanto a porcentaje (3,4% de media), da respeto por su altitud (2.130 m) y distancia (26,4 km). Eso sí, atención a los últimos 4 km, que serán de traca: promedio del 8,2% y rampas máximas del 13%. Si a esto le sumamos que el Gran Sasso, donde venció por última vez Simon Yates en 2018, se encadena con la ascensión a Calascio (2ª categoría), hablamos de un total de… ¡40 km de ascensión! Épica en estado puro.