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CICLISMO

¿Qué fue de Mario Cipollini? El esprínter más veloz y excéntrico

Mario Cipollini, el mejor esprinter de la historia para muchos, cumple 55 años. Su vida, para lo bueno y lo malo, ha sido una montaña rusa de emociones.

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Mario Cipollini celebra su victoria en los Mundiales de ciclismo.
Reuters

Mario Cipollini (Lucca, 55 años) es una de las figuras más carismáticas y a la vez extravagantes y polémicas de la historia del ciclismo. En el plano puramente deportivo, el italiano es para muchos el mejor esprinter puro de todos los tiempos dado su imponente reinado en unas llegadas masivas donde prácticamente no tuvo rival en la década de los 90. Su palmarés, casi inaccesible para cualquiera: 161 victorias (tercero del ranking histórico, sólo por detrás de Merckx y Van Looy) en las que sobresalen éxitos en Monumentos (como la Milán-San Remo), las tres grandes vueltas y el maillot arcoíris de los Mundiales de Zolder (Bélgica).

La trayectoria de Cipollini estuvo siempre muy ligada al Giro de Italia, carrera en la que posee el impresionante registro de 42 victorias de etapa (ganó al menos una durante nueve ediciones seguidas), récord absoluto. La primera de ellas llegó en su primera participación en la Corsa Rosa, en una temporada 1989 en la que debutó como profesional en las filas del equipo Del Tongo. Desde 1993 también empezó a dominar los esprints en la Grande Boucle, donde acabó con doce triunfos parciales. Pero justo al año siguiente se llevó uno de los grandes sustos de su carrera deportiva. No tuvo la mejor toma de contacto posible con la Vuelta a España, ya que sufrió una durísima caída camino de Salamanca en la que se golpeó la cabeza. Tuvo que abandonar, pero por suerte pudo volver a competir a los cinco meses del accidente.

Superado el susto, Mario dejó para el recuerdo varios momentos polémicos. En la Vuelta del año 2000, el italiano agredió al exciclista Paco Cerezo al día siguiente de tener un pequeño roce en carrera. Cipollini, tras un acuerdo entre las asociaciones de ciclismo italiana y española, tuvo que indemnizar con un millón de pesetas (6.000 euros) a Cerezo para que éste retirase la denuncia. El juicio se acabó celebrando y el italiano ni se presentó. Además, en la Gante-Wevelgem de 2003 llegó a arrojarle unos bidones a un motorista de carrera, mismo año en el que abandonó la Vuelta a escondidas después de la primera etapa tras acudir a la carrera a regañadientes por el acuerdo previo con su director.

En 1999, Cipollini decoró la potencia de su manillar con una imagen de Pamela Anderson.
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En 1999, Cipollini decoró la potencia de su manillar con una imagen de Pamela Anderson.Associated Press

Desgraciadamente, el lado oscuro de Cipollini no acaba ahí... A principios de los 2000, iniciado ya su declive, el italiano ingresó en las filas del modesto Acqua & Sapone italiano, un equipo que posteriormente estuvo muy vinculado al dopaje y al que en 2005 la policía belga le incautó sustancias prohibidas en un hotel después de ver a un empleado arrojar una bolsa de basura con jeringuillas. Después de un 2001 discreto, Cipollini firmó un 2002 increíble, probablemente el mejor de su carrera. Ganó Milán-San Remo, su tercera Gante-Wevelgem, firmó un top-10 en un Tour de Flandes donde nunca había brillado y se coronó con el oro mundial en ruta en lo que a la postre fue la carrera más rápida de la historia de los mundiales (46,53 km/h de promedio). Después de parar en 2005, Mario volvió al ciclismo en 2008, pero colgó definitivamente la bicicleta tras participar únicamente en el Tour de California. No fue la única vinculación que tuvo con el dopaje, ya que se le relacionó con el doctor Eufemiano Fuentes en la célebre Operación Puerto y con muestras de EPO que sacó a la luz el diario Le Monde en 1998 y 1999.

Plano personal

Una de las etiquetas que más acompañaron a Il Bello, uno de los apodos por el que era conocido entre los aficionados, fue la de mujeriego, hasta tal punto que, según relata Sergi López-Egea en su libro 'Cuentos del Tour', Cipollini abandonó un Tour de Francia para tener una cita con una azafata en Milán. En los últimos tiempos, alejado de la competición, la vida de Super Mario también está llena de luces y sombras. En 2012 lanzó su propia marca de bicicletas, monturas que actualmente luce el equipo Bardiani de categoría ProTeam, pero entre 2016 y 2019 volvieron a salpicarle los escándalos, con juicio incluido por acusaciones de malos tratos por parte de su exmujer. En ese periódo también superó la batalla más difícil de su vida, cuando pasó por quirófano a vida o muerte como consecuencia de una grave enfermedad cardíaca. También ganó aquel esprint para dedicar su tiempo a los animales (tiene tres gatos), las redes sociales (más de 200.000 seguidores en Instagram) y la bicicleta, su gran amor, con la que todavía luce un estado de forma envidiable.