Un pueblo andante en medio de la nada: la vida en la Titan

Alrededor de 700 personas. Miran a un lado, y arena. Miran al otro, y más arena con alguna montaña al fondo. En torno al campamento de la Titan Desert no hay nada: terreno seco, arenoso y con el sol apretando fuerte durante el día y con temperaturas suaves en unas noches en las que no sobra un fino forro polar. Un pueblo andante en el desierto de Marruecos. Es el lugar el que corredores, organización, prensa, mecánicos, masajistas... se alojan tras las etapas. "Montar un campamento en medio de la nada es fácil por que tenemos terreno de sobra", cuenta, entre risas, el director general de la Titan Desert, Félix Dot, a AS. Se encarga de que no falte de nada.

"Trabajamos con unos planos y tenemos tres campamentos montados a la vez, porque materialmente es imposible trasladarlo todo de un sitio a otro en estos días. Dichos planos los monta un equipo local. Ya, tras 16 años (en este 2021 se cumplen 16 ediciones de la prueba) les hemos enseñado a tirar mejor las líneas, los encuadres... está todo más equilibrado", cuenta Dot, que tiene que estar en todo momento conectado a su walkie para cualquier imprevisto que surja en el torneo, y surgen. "Por ejemplo, uno de ellos los tuvimos este lunes. Dos camiones se nos averiaron, se quedaron tirados y eran necesarios para el avituallamiento. Tuvimos que improvisar con otro para que los corredores tuvieran el agua necesario a su llegada", explica.

Lo que sí se traslada de campamento a campamento son ciertos servicios: lavabos, duchas, decorados, los aparcamientos de las bicicletas... "Lo tenemos que desmontar todo por la mañana muy rápido (las etapas comienzan a las 8 am. hora local, las 9 en España). Trabajamos en un terreno hostil, y cada año tenemos que hacer los traslados más rápido... porque los corredores corren más", cuenta Dot, una de las figuras fundamentales de esta ilustre prueba. "Otro tema importante es la electricidad. Necesitamos generadores potentes, y en Marruecos no hay de última generación. Por eso, vamos negociando con la gente local, cruzando los dedos para que todo vaya bien, pero cabe destacar que es una suerte tratar con la gente de aquí, porque son muy trabajadores", resalta.

"Se puede considerar un pueblo andante en el desierto. Aquí tienes de todo. Lo mínimo, pero de todo: hospital de campaña, sala de prensa, servicio de participante (donde dan sus móviles y GPS a la organización y los cargan), zona de fisios, restaurante, espacios de reposo, bar...", enumera. Y, de todos los retos, hay uno que está por encima del resto, al estar en medio de la nada: traer conectividad. "El Wifi es clave, hay que tener conexión para trabajar, comunicarse, y es difícil traerlo a un sitio así. Gracias a una compañía local lo tenemos, pese a las dificultades", cuenta Dot, que tiene una pequeña motocicleta para moverse por todo el campamento.

"Es un mini pueblo con comodidades. Eso sí, pocas, pero algunas tenemos", concluye. Y ya piensa en lo que tocará en 2022: "Normalmente, siete meses antes vemos el terreno y pedimos las autorizaciones en función de las dimensiones, y tres meses antes tenemos los planos hechos... aunque podemos hacer algunos cambios quince o veinte días previos, según las circunstancias. La salida y la llegada de la próxima edición ya la sabemos. Ahora, tras esta (acaba el viernes), nos toca empezar a trabajar en la siguiente" que será en las fechas habituales primaverales de antes de la pandemia. Un pueblo que aparece y desaparece de la noche a la mañana entre la arena del desierto.

El campamento de la Titan Desert 2021 en cifras

-Alrededor de 700 personas

-27.000 metros cuadrados

-250 haimas (para dormir de tres en tres o de dos en dos)

-100 vehículos

-19 camiones de gran tonelaje

-60.000 litros de agua diarios (se pide a los corredores que tarden tres minutos máximo en ducharse).