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LA RUTA DE LA VUELTA

“Demasiado bueno, o demasiado tonto”

Chente García Acosta y Roberto Laiseka se jugaron la etapa de la Vuelta a España del año 2000 que terminó en Ciudad Rodrigo. El primero acabó muy enfadado.

“Demasiado bueno, o demasiado tonto”
Jesús RubioDiario AS

"No me hagáis hablar, no me hagáis hablar". Chente García Acosta, con los ojos vidriosos y con un calentón tremendo por el inesperado desenlace de la etapa, no quiso parar ante los periodistas en la meta de Ciudad Rodrigo, en la Vuelta de 2000. Sí habló un par de horas después, ya en el hotel, en los micrófonos de la SER. Sin pelos en la lengua: "Roberto Laiseka, como caballero, es un cero. No ha sabido cumplir su palabra. Yo quizá sea demasiado bueno, o demasiado tonto, pero sé cumplir mis pactos. Se ha portado como un cerdo y me siento engañado".

Chente y Laiseka compartieron fuga aquel día. El navarro la había iniciado con otros seis ciclistas, a los que descolgó en el Portillo. En ese mismo punto atacó el vasco al grupo, para unirse con Chente en los Lobos. Los últimos 50 kilómetros los hicieron juntos. Al principio, en buena armonía. Un rodador y un escalador. Uno trabajaba en el llano. El otro, en las cuestas. Pero a mitad de aventura, se acabó el buen rollo. Laiseka dejó de dar relevos. Y encima atacó a falta de dos kilómetros. El tafallés neutralizó al vizcaíno, le recriminó su actitud... Si alguna vez hubo un acuerdo de colaboración, estaba roto. "Yo no di ninguna palabra, no podía esperar al esprint con alguien más rápido", se defendió luego Roberto.

Por detrás, con un ataque aparentemente a destiempo, Alexander Vinokourov llevaba un buen rato en solitario, en tierra de nadie. Cuando entró en el kilómetro final se encontró con la discusión, pero siguió a lo suyo y logró la victoria. "Ha sido un milagro", dijo el kazajo. Mientras, el director del navarro, Eusebio Unzué, no daba crédito a lo que había presenciado: "Hemos quedado como idiotas".