VUELTA A ESPAÑA | DAVID DE LA CRUZ
"Tras dos años hacia abajo, estoy en un cambio de tendencia"
David de la Cruz (31 años), pieza importante para Pogacar en el pasado Tour, termina en la Vuelta su primera temporada con el UAE tras varios años complicados.
David de la Cruz (31 años) está terminando su primera temporada en el UAE y, lo más importante, lo hace recuperando sensaciones después de dos años complicados en el Ineos. Y es que el de Sabadell, que suma cinco victorias en su palmarés (la última en 2018), logró el primer triunfo de su carrera en la Vuelta de 2016. Ahora, en el equipo de Emiratos Árabes, demuestra que también está para ayudar, cómo hizo en el Tour siendo gregario de Pogacar, y también para ser líder del equipo, rol que está ejerciendo en esta ronda española (es 13º a 3:44 de Carapaz). La exigente subida a Moncalvillo le sacó momentáneamente del top-10. “Se me atragantó. Ese tipo de etapas me suelen costar, pero estamos confiados y sabemos que todavía queda mucha Vuelta. Lo más duro está por llegar”, recalca el de Sabadell a AS.
En el pasado Tour, fue el gregario más importante para Pogacar, antes de que el esloveno consiguiera su asalto histórico al Tour en La Planche des Belles Filles en una cronoescalada en la que David fue octavo. “La de Ézaro este año me gusta, es una buena oportunidad y se asemeja a la del Tour. Para eso, antes hay que pasar el fin de semana asturiano (sábado Farrapona y domingo Angliru). Tras esas etapas, la general quedará todavía más consolidada”. Como es típico en su carrera, espera ir a más en la segunda mitad de la competición. “Es algo habitual en mi trayectoria. A medida que pasan las etapas, me suelo encontrar mejor, y espero que esta vez también suceda".
El objetivo es quedar lo más alto posible en la general y luchar por un triunfo de etapa. “Son cosas compatibles y es la idea con la que hemos venido”, cuenta. Lo anímico es casi tan importante como lo deportivo, y ahora De la Cruz se siente bien en ambos ámbitos. “En este equipo me encuentro muy cómodo, es una pequeña familia y eso se nota, tanto en el rendimiento como en el disfrute día a día. Venía de un par de años hacia abajo y ahora estoy en un cambio de tendencia hacia arriba”, añade con ilusión. Y, pese a ser una Vuelta con frío, eso no es un hándicap para el catalán. “Me gusta. En carreras como la París-Niza, que siempre suelen ser con bajas temperaturas y lluvias, he tenido grandes momentos (victoria de etapa en 2017 y 2018). Es motivante”. Oportunidad tendrá hasta Madrid.