La etiqueta de atípica le duró un suspiro a La Decana del ciclismo, porque como acostumbra resultó ser una de las carreras más apasionantes de la temporada. Parece mentira que después de más de seis horas sobre la bicicleta todo se decidiera en un suspiro y, por un incomprensible error de cálculo... Primoz Roglic consiguió el primer Monumento de su carrera gracias a Julian Alaphilippe, que celebró el triunfo en el esprint de Lieja antes de la cuenta y vio cómo el esloveno le superaba en el último golpe de riñón. Ver para creer. Marc Hirschi y Tadej Pogacar completaron el podio tras la sanción de los jueces al campeón del mundo a consecuencia de una maniobra irregular en el esprint.

La carrera, con once cotas explosivas repartidas en 257 kilómetros, contó con todos los ingredientes dignos de un día épico: rachas de viento de 30 km/h, temperaturas de hasta seis grados, ligera lluvia y drama, sobre todo drama. Sólo los más fuertes sobrevivirían en tal contexto, como así fue. Mientras los favoritos guardaban energías hasta los momentos decisivos, nueve valientes les desafiaron desde la salida: Gino Mäder, Kobe Goossens, Michael Schär, Kenny Molly, Mathijs Paasschens, Omer Goldstein, Valentin Ferron, Paul Ourselin y, como representante español, Iñigo Elosegui.

El nerviosismo hizo presa de los corredores en los últimos 100 kilómetros, donde se encontraban las últimas nueve subidas de forma prácticamente encadenada, lo que se tradujo en caídas. La peor parte fue para dos serios aspirantes como Adam Yates y Greg van Avermaet, que se vieron obligados a abandonar. Pero a poco más de 70 de meta se temió lo peor: Hirschi y Alaphilippe también se iban al suelo en un descenso que estaba muy mojado. Por suerte fue un susto y regresaron al grupo.

La traca final

El ataque de Schär fue el primero en fructificar entre los fugados, y tras unos kilómetros en los que le siguió su compatriota Mäder, se quedó solo para desafiar al pelotón. Como ya vimos en el último Tour, el corredor del CCC se siente cómodo en fuga y lejos del gran grupo, aunque el trabajo de equipos como Trek y Deceuninck terminó con sus esperanzas. En el tramo decisivo, Alaphilippe todavía se las prometía muy felices, ajeno al thriller que se le venía encima. El francés hablaba en pleno ascenso a La Redoute, dirigía a sus compañeros y hasta llegó a cambiarse un botín en marcha minutos después de su caída. Ahí los favoritos se limitaron a afilar el cuchillo para desatar las hostilidades en la cota final: Roche aux Fauçons.

Loulou fue el primero en probarlo y tras coronar la cima dejó la victoria en cosa de cuatro: junto a él estaban Roglic, Pogacar y Hirschi. Faltó Van der Poel para redondear la fiesta de gallos, pero quedó postergado al grupo perseguidor. Ya en el esprint de Lieja hubo de todo, y en tan pocos segundos que pareció de ciencia ficción. Alaphilippe arrancó, a Hirschi se le salió la cala del pedal cuando iba a su rueda y el francés se vio ganador. Alzó los brazos y Roglic consiguió el triunfo por centímetros ante la incredulidad del vigente campeón del mundo. Premio a la fe y sanción para el francés, ya que la maniobra irregular que provocó el percance de Hirschi le relegó a la quinta posición, por lo que Pogacar heredó el podio. ¿Ha comenzado la maldición del arcoíris?

Resultados

1º Primoz Roglic (ESL, Jumbo-Visma), 6:32:02

2º Marc Hirschi (SUI, Sunweb), m.t.

3º Tadej Pogacar (ESL, UAE), m.t.

4º Matej Mohoric (ESL, Bahrain-McLaren), m.t.

5º Julian Alaphilippe (FRA, Deceuninck), m.t.

17º Gorka Izagirre (Astana), a 43"