CICLISMO | TOUR DE FRANCIA

¿Qué le pasa al Ineos?

El equipo británico transmite sensación de desconcentración y tiene a Bernal en 13ª posición (a 8:25 de Roglic) y a Carapaz, en 16ª (a 32:55).

Actualizado a
Jesús Rubio

Desde 2010, año en que el Sky disputó su primer Tour, el equipo británico, ahora Ineos, se ha llevado todos los títulos menos el de su debut (Andy Schleck, después de quedar desposeído Alberto Contador por su positivo con clembuterol), 2011 (Cadel Evans) y 2014 (Vincenzo Nibali). Tras la explosión de Egan Bernal en el Grand Colombier, 2020 tampoco figurará en su palmarés: “Me encontraba muy vacío, sin fuerzas. Perdí tres años de vida, pero traté de minimizar la derrota por el respeto que tengo a mis compañeros, a la carrera y a los rivales”.

Hasta la presente edición, siempre un corredor británico lideraba la escuadra o partía como alternativa al triunfo: Bradley Wiggins (vencedor en 2012), Chris Froome (cuádruple campeón, 2013, 2015, 2016 y 2017, y tercero en 2018) o Geraint Thomas (ganador en 2018 y segundo en 2019). El colombiano Egan Bernal, defensor de la coronada conquistada en 2019, salió como jefe único, con el ecuatoriano Richard Carapaz (que se apuntó el Giro el año pasado) como segunda opción y escudero de lujo. Ambos naufragaron en las dos semanas de competición completadas, por unos motivos (la falta de energía de Bernal) o por otros (abanicos, caídas y respaldo a su capitán, en el caso de Carapaz). Marchan 13º, a 8:25 de Primoz Roglic, y 16º, a 32:55. Bernal quizá se sobreentrenó y aterrizó en Niza con molestias en la espalda. A Carapaz le programaron el Giro originalmente.

Porque el mánager, David Brailsford, dejó fuera del ocho del Tour por baja forma a Geraint Thomas y Chris Froome. Comprensible en cuanto a Froome, de regreso tras sus graves lesiones del Dauphiné de 2019 y con contrato con el Israel desde 2021, pese a que afeó esa decisión: “Aunque enfoco toda mi atención en la Vuelta, creo que sí habría cumplido con un rol de responsabilidad dentro de la alineación”. A Thomas no le sentó nada bien la exclusión. Mientras, y como preparación para el Giro, acabó segundo en la Tirreno (sólo le batió Simon Yates): “Merecía una oportunidad en el Tour”. Desde la victoria del galés en la etapa de Alpe d’Huez, en 2018, el Ineos no ha vuelto a ganar un parcial en ninguna grande. Aun así, económicamente está a una distancia sideral del resto: 46 millones de euros anuales de presupuesto.

También sorprende que la estructura que inventó la burbuja en el ciclismo antes de que llegara el coronavirus (con motorhomes, desinfección diaria, camión cocina, prohibición de chocar las manos…) sufriera el positivo de un auxiliar en el primer día de descanso. Brailsford culpó a la expansión de la pandemia en Francia y a que un descuido, propio o ajeno, entra dentro de lo posible. Sin embargo, la estructura transmite una imagen apagada en esta atípica temporada (nueve triunfos de momento, 27 en 2019), con sensación de desconcentración y de entregar el testigo de bloque dominador al Jumbo sin apenas oponer resistencia. Falta la última semana.

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