La etapa de hoy une a los dos mejores escaladores españoles de siempre con su salida de Ávila, la ciudad de Julio Jiménez, y su meta en Toledo, dominio de Federico Martín Bahamontes.

Julio fue un ciclista tardío, por lo que ambos sólo coincidieron en los últimos años de Bahamontes. Su episodio común más famoso lo protagonizaron en el Tour de 1964, el primero que corrió Jiménez y el penúltimo de Fede. Aún no está claro qué pasó aquel 8 de julio, ni siquiera ellos se ponen de acuerdo.

La etapa recorría 197 kilómetros entre Luchon y Pau, con el Peyresourde, el Aspin, el Tourmalet y el Aubisque. Cada uno había ganado ya una etapa: Jiménez en Andorra y Bahamontes en Briançon. Fede, segundo el año anterior, peleaba otra vez el Tour ante Jacques Anquetil y Raymond Poulidor. Julio aspiraba a la Montaña, que el toledano había logrado cinco veces.

Bahamontes atacó de inicio y Jiménez se marchó con él. Los dos se miraban desconfiados, rodaban en paralelo. Hasta que sus directores, Raoul Rémy (Margnat Paloma) y Dalmacio Langarica (Kas), llegaron a un pacto. Julio pasaría primero por los puertos y luego ayudaría a Fede en los 60 kilómetros de llano. Efectivamente, el abulense pasó en cabeza en los tres primeros, pero el toledano le esprintó en todos. En el cuarto, Jiménez quiso recuperar un poco, pero Bahamontes no atendió su petición y se marchó en solitario.

Los perseguidores cazaron a Jiménez, que había parado a hidratarse con un refresco, y ya no neutralizaron a Bahamontes, que pegó un mordisco de 2:54 minutos a Anquetil. Aquel Tour lo acabó tercero y con su sexto Premio de la Montaña. Julio le sucedió en los tres siguientes.