Roglic es un líder sólido

En el aparcamiento del hotel del Jumbo en Rubena (Burgos), donde el equipo neerlandés pasó la jornada de descanso, Primoz Roglic decidió, viendo la incesante lluvia, que su entrenamiento consistiría en una sesión de rodillo. Se puso los cascos y, con la mirada fija, parecía pensar en las cinco etapas que le quedan para, a sus 29 años, ganar su primera grande. Sus rivales, en cambio, se preguntan si le ocurrirá lo mismo que en el pasado Giro, cuando el Movistar fue capaz de descoserle en la montaña del tramo final. "No me volverá a pasar", responde siempre a esta cuestión el esloveno, que sólo pierde la concentración y se le ilumina la cara cuando recibe la visita de su mujer y su hijo de pocos meses, que le acompañan durante toda la carrera en una caravana donde se puede ver el nombre del ciclista y una bandera de Eslovenia.

Tanto su familia como su equipo están convencidos de su victoria en esta Vuelta y no quieren hacer paralelismos con lo que le ocurrió en Italia. "Es una situación diferente. El Roglic que ha llegado a esta Vuelta está más fresco. Piense que al Giro llegó después de correr mucho más. Ahora, ha llegado sin apenas carreras. Desde que acabó el Giro sólo ha disputado los Campeonatos de Eslovenia", explica Addy Engels, director del equipo neerlandés, quién también dirigió a Dumoulin, en el Sunweb, en la Vuelta que perdió en 2015.

Casi a la vez que Roglic se entrena concentrado y Engels charla con AS, el Jumbo hace público, con un divertido vídeo con el jugador del Barça De Jong entre sus protagonistas, que el esloveno renueva hasta 2023, un anuncio encaminado a que nada distraiga al corredor de su gran objetivo. A pesar de contar con Kruijswijk e incorporar para la próxima temporada a Tom Dumoulin, en el equipo nunca pensaron en soltar al dominador de la Vuelta. "Tiene mentalidad de líder y actúa como tal. Le pongo un ejemplo: la cena después de la crono de Torrevieja. ¡Fue un desastre para nosotros! Caída, perdimos tiempo… Él aquella noche se sentó en la mesa y empezó a hacer bromas con todos. Expuso que esa era la situación que había tocado afrontar y que lo conseguirían".

Un ejemplo de lo difícil que es poner al esloveno nervioso: "Es muy tranquilo. Lo mismo que transmite en carrera. Relajado y siempre con los pies en el suelo". Una característica que puede tener que ver con su anterior disciplina, ya que el esloveno era saltador de esquí: "No creo que la preparación que llevaba entonces tenga que ver en su rendimiento físico en la bici. Pero quizá sí desde el punto de vista mental. Son dos deportes que son muy individuales, que conllevan una gran fortaleza".

Sin embargo, Engels destaca que "para ganar una gran vuelta Roglic no lo puede lograr solo", sino que tiene un enorme equipo que le apoya con nombres como Kuss, ganador en el Acebo, Bennett, Tony Martin… "Ellos están siendo muy, muy importantes". Y es que el Jumbo-Visma se está convirtiendo en uno de los equipos más potentes del pelotón. "¿Un nuevo Sky? No, no… somos otro equipo diferente, pero que también aspira a ser uno de los más fuertes del mundo".