VUELTA A ESPAÑA | ETAPA 9
Caos en Andorra: los ciclistas bajaron en un funicular atascado
Los corredores bajaron, por recomendación de los equipos, en funicular desde Cortals d'Encamp. Una tormenta eléctrica relentizó todo el descenso.
El tremendo temporal fue el gran protagonista en el tramo final de la novena etapa. Una granizada cayó sobre la meta de Cortals d'Ecamp cuando los corredores estaban a 30 kilómetros de concluir el día. A muchos de ellos les cogió en el tramo de esterrato, que pasó a ser barro total. "Los que manejan el ciclocross pasaban volando, pero el resto íbamos más calmados viendo la situación", dijo Samitier, del Murias. Algunos incluso se llegaron a parar, en plena carrera, debajo de unos árboles ante el impedimiento de poder seguir con total seguridad.
Numerosos corredores llegaron a meta muy afectados, juntando la tremenda exigencia del día y el temporal sufrido. Uno de los más perjudicados fue Alejandro Valverde, que tras su llegada a meta no podía articular palabra. "Está tiritando y creíamos que tenía casi hipotermia, vamos a dejarle un poco que se recupere porque tiene mucho frío", dijeron desde el Movistar. Se tuvo que montar en un coche para bajar debido a sus problemas, aunque fue de los pocos: la mayoría bajó en un funicular que conectaba la cima con la localidad de andorrana de Encamp.
Era el mismo método de bajada que el de los espectadores. Eso sí, los corredores tenían prioridad. Igualmente, se produjo un atasco monumental ya que se registró una tormenta eléctrica que activó los mecanismos de seguridad del teleférico. "La seguridad es lo primero y por suerte o por desgracia el clima no se puede controlar. Tanto nosotros como la policía andorrana estamos haciendo lo que podemos", apuntaron desde la Vuelta.
El trayecto, que en la ascension fue de diez minutos, constó de cerca de media hora en la bajada. AS fue testigo, compartiendo descenso a bordo con numerosos ciclistas. "Es increíble, tenía que haberme bajado en bicicleta. Esto imagino que servirá para otros años...", apuntaban algunos de ellos, que se metieron junto a su bicicleta de la manera que pudieron. "Una cosa está clara, esta etapa ha sido muy épica", concluían otros "que preferían tomárselo con humor" en su despedida al llegar a Encamp. Justo en ese momento les esperaba un largo traslado en autobús hasta la localidad francesa de Pau.