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VUELTA A ESPAÑA | ETAPA 4

Jakobsen desata la tormenta para batir a Bennett en la foto-finish

El prometedor velocista de 22 años se impuso por 2 centímetros, en una etapa marcada por la constante amenaza de lluvia y por la retirada de Kruijswijk.

Fabio Jakobsen bate a Sam Bennett por un suspiro en la meta de El Puig.
Fabio Jakobsen bate a Sam Bennett por un suspiro en la meta de El Puig.©Photogomez Sport

La Vuelta a España amaneció con la mirada en el cielo y con los móviles en la mano. Con la mirada buscaba esos nubarrones negros que estaban anunciados en las predicciones meteorológicas. En los móviles se viralizaban las imágenes de las precipitaciones torrenciales que el día antes habían inundado numerosas calles de la Comunidad de Madrid, riadas de agua que amenazaban con desplazarse hacia el este de la península. Las tormentas acechaban al pelotón. Pero, a la hora de la verdad, los corredores apenas se mojaron. Y la mayor tormenta fue la desplegada en el esprint de El Puig por el neerlandés Fabio Jakobsen, el nuevo valor de la velocidad, que a sus 22 años ya suma seis victorias y se ha estrenado en una grande en la presente temporada. Ganó a Sam Bennett como un rayo, por sólo 2 centímetros. Y lo celebró como un trueno, después de la incertidumbre de la foto-finish.

El único chaparrón de la jornada, sin consecuencias relevantes, cayó sobre el pelotón a falta de 50 kilómetros, justo cuando comenzaba a subir El Oronet, en la Sierra Calderona, el obstáculo montañoso del día: 5,8 kilómetros al 4,5% de pendiente media. El puerto no decidió nada, pero se afrontó con respeto, sobre todo en su descenso, con el Movistar al frente, por si la humedad de la calzada producía cortes inoportunos. Los hubo, pero sin secuelas.

La humedad de la calzada sí se tomó este martes una víctima ilustre, pero las mojaduras procedían de otra jornada, de aquella contrarreloj por equipos de Torrevieja que hizo rodar por los suelos a varios ciclistas en una curva regada. Recordemos que cuatro corredores del Jumbo se accidentaron en la misma caída, entre ellos sus dos capitanes, Roglic y Kruijswijk. El esloveno continúa firme en la Vuelta, con sus opciones de apropiarse del maillot rojo intactas. El holandés, sin embargo, no ha sobrevivido a los problemas de rodilla que le causaron aquel golpe y tuvo que abandonar en esta cuarta etapa con un dolor insoportable. La ronda española pierde así a otro nombre importante, después de aquella baja de Carapaz antes incluso de empezar. Kruijswijk fue tercero en el último Tour, cuarto en la pasada Vuelta… Y un eslabón sólido en el engranaje del aspirante Roglic.

Las alarmas también sonaron con una caída de Rigoberto Urán, el tercer clasificado. Con el cenizo que arrastra esta Vuelta, cualquier incidente nos traslada al peor escenario. El colombiano se accidentó junto a su gregario Mitchell Docker antes de la ascensión al Oronet, cuando intentaban progresar a los puestos punteros del pelotón. Luego fue tratado de un codo por el servicio médico. Aparentemente, no sufre nada grave, más allá del susto.

Mientras tanto, dos valientes rodaban en cabeza. El Burgos-BH se había colado en la escapada por tercer día consecutivo, esta vez con Jorge Cubero, cordobés de Baena, de 26 años, que en 2018 ya protagonizó otras dos fugas. La especialidad de la casa. Su acompañante era Jelle Wallays (Lotto-Soudal), un belga de 30 que sí conoce la sensación de elevar los brazos en la Vuelta. El año pasado triunfó en Lérida, en una aventura que incluyó a otro ‘burgalés’: Jetse Bol. Aquellos ‘torerillos’ de los años 80 visten ahora de morado. La fuga no llegó, evidentemente. Primero se descolgó Cubero, por una avería. Luego, Wallays fue engullido por los hambrientos lobos del esprint.

La foto-finish resolvió la victoria de Fabio Jakobsen sobre Sam Bennett.
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La foto-finish resolvió la victoria de Fabio Jakobsen sobre Sam Bennett.

Varios kilómetros de tensión sucedieron a la caza, porque, a falta de tormenta, el viento sí sopló intimidante en su parte final. Rémi Cavagna arrancó a 5 kilómetros, con un doble objetivo: probar suerte y descolocar a los equipos rivales para la volata. Lo primero no lo logró. Lo segundo, sí. El Deceuninck manejó el tempo y Fabio Jakobsen remató el recital, a pesar de que el último golpe de riñón de Sam Bennett obligó a milimetrar la foto-finish. El día anterior, Jakobsen se tuvo que pegar un calentón tras descolgarse en un puerto. Este martes, Bennett se vio perdido en una rotonda y obligado a remontar posiciones. Las victorias se juegan por pequeños detalles.

Este miércoles tenemos cambio de tercio, ya no habrá esprint. El Observatorio Astrofísico de Javalambre, una subida de 11,1 kilómetros al 7,8% y con zonas del 16%, invita al primer duelo directo entre los gallos, a la pesca del maillot rojo de Nicolas Roche. La tormenta perfecta.