Merckx-Ocaña: el duelo del Tour se traslada a España
La Vuelta por fin había atraído a Eddy Merckx, que por aquel 1973 ya había ganado cuatro veces el Tour, tres el Giro… Sólo le faltaba España para completar la Triple Corona.
La Vuelta por fin había atraído a Eddy Merckx, que por aquel 1973 ya había ganado cuatro veces el Tour, tres el Giro… Sólo le faltaba España para completar la Triple Corona. Ese reto, un trazado a medida y un fijo de tres millones de pesetas (18.000 euros) sedujeron al belga, que se presentó en la soleada salida de Calpe con el único objetivo que conocía: ganar.
Merckx lo dejó claro desde el prólogo, que conquistó con 3 segundos sobre Agostinho. A 6" se clasificó Luis Ocaña, su enconado rival de tantas batallas en el Tour. El escenario era ideal para la Vuelta, que trasladaba el duelo de la ruta francesa a la española. Ocaña, que recibió un fijo de un millón, aceptó su papel de opositor, aunque su mirada apuntaba más al Tour, donde Eddy renunció a correr para afrontar el doblete Vuelta-Giro.
Los españoles acusaron a la Vuelta de diseñar un escenario para poner el triunfo en bandeja al belga. "Han montado todo para que gane Merckx. Casi no hay montaña y han puesto bonificaciones hasta en las entradas de los hoteles", se lamentaba Ocaña, mientras que el Caníbal esquivaba la cuestión: "Me aburre hablar siempre de lo mismo. Las reglas no las he puesto yo".
Efectivamente, Merckx aprovechó todo lo que pudo esa ventaja. Por un lado, para neutralizar la renta que Pesarrodona había obtenido en una fuga en Cuenca y que le permitió vestir nueve jornadas de amarillo. Y, por otro, para mantener a raya al resto de rivales, especialmente a Ocaña, que acabó a 3:46 del belga. "¿No me habían traído aquí para hacer de rival de Merckx y acabar segundo? Pues bueno, lo hice", ironizó el conquense.