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TOUR DE FRANCIA | ETAPA 19

La etapa de hoy en el Tour: perfil y recorrido de la jornada 19

Segunda etapa alpina con las ascensiones a Iseran (12,9 km al 7,5%) y Tignes (7,4 km al 7%) como puntos claves. Alaphilippe aspira a aguantar de amarillo.

Francia
La etapa de hoy en el Tour: perfil y recorrido de la jornada 19

Tras el desgaste provocado por el asfixiante calor y tres colosos alpinos Vars, Izoard y Galibier (no por la batalla, escasa), el menú de hoy presenta otros dos puertos por encima de los 2.000 metros: el Iseran, premio Henri Desgrange (12,9 km al 7,5%, dotado con 5.000 euros) gracias a sus 2.770 metros de elevación, y la llegada en Tignes (7,4 km al 7%), a 2.113. Sin embargo, la extensión de la jornada dista mucho de los 208 kilómetros de ayer: 126,5 km. Y la de mañana, que cerrará el tríptico de los Alpes y terminará de definir el Tour, 130 y meta en Val Thorens, a 2.365 metros.

Enric Mas, gregario de Julian Alaphilippe, todavía maillot amarillo, se mostró entusiasmado por ceder únicamente 32 segundos ante Egan Bernal (ahora segundo, a 1:30): "Se trata de un poco de tiempo, pero asumible y para sentirse muy orgullosos de nuestro capitán. Ahora mismo nos encontramos de líderes y a dos días de París. Imposible pedir más". ¿Cómo afrontarán Iseran y Tignes? "No queda otra: apretar el culo y arropar a Julian lo máximo. Se trata de un fenómeno que anda de lujo en todos los terrenos". Alaphilippe y el Deceuninck tacharon del calendario la etapa que más les preocupaba: "Por la altitud, tres cumbres superiores a 2.000 metros, y por la longitud, 208 kilómetros. En un escenario así se pagan los esfuerzos, y por suerte se salvó".

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El francés habló con optimismo respecto a su defensa en el Galibier y a lo que resta: "Di todo y lo daré todo. Considero que mis planes se reducen a esto: dejarme la vida por el maillot. Como superé el primer match ball de los Alpes, misión cumplida. Faltan otros dos exámenes de altura y me siento absolutamente motivado para aprobarlos con buena nota".

Aunque procura abstraerse del ruido y de la presión mediática de su país, ya que cada vez se le pide con más insistencia que se convierta en el heredero de Bernard Hinault (el último ganador francés, en 1985), a Alaphilippe le gusta que le apunten los focos: "Intento despegarme de lo que ocurre alrededor del amarillo, pero me doy cuenta de todo y me parece increíble. Estoy a dos días de París y continúo al frente de la clasificación. Se han generado muchas expectativas, algo gordo se mueve en torno. Tengo la impresión de que mi sueño se ha transformado en el de Francia. Sin embargo, mi discurso no cambia: pase lo que pase me marcharé orgulloso de lo conseguido". De momento, dos victorias parciales, 14 jornadas en el liderato y "una búsqueda constante de los límites".