Landa: "Soñaré hasta el último día, quiero alcanzar el podio"

Cómo cambia el ciclismo en apenas seis días. El martes, en el primer día de descanso del Tour, Mikel Landa se encontraba deprimido después de que Barguil le derribara cuando rodaba en cabeza en los abanicos de Albi: “Perdí 2:09 por un percance ajeno a mí y no me apetecía ni un pelo que me dijeran que debía remontar”. Este lunes, el alavés ya pensaba en el cajón tras su excelente rendimiento en los Pirineos: “Pretendo soñar hasta el último día. Y me marco como objetivo alcanzar un puesto entre los tres primeros en París. Lo conseguí en aquel Giro de 2015 casi sin buscarlo, y desde entonces se me escapa”.

Landa se quedó fuera del podio del Tour de 2017 por un solo segundo (ante Romain Bardet) y del del Giro de 2019, por ocho (frente a Primoz Roglic). Ahora marcha séptimo, a 4:54 de Julian Alaphilippe, pero a 2:40 de Emanuel Buchmann. Una diferencia “más manejable”. El alemán va quinto de un grupito de favoritos separado por 39 segundos, el tiempo que fija el defensor del título y segundo clasificado, Geraint Thomas. Aunque en el Movistar (y dentro del pelotón) respetan la defensa del amarillo de Alaphilippe, casi nadie confía en que resista las tres etapas alpinas después de que flaqueara en Prat d’Albis.

El vasco peleará “por cada segundo en cada una de las tres jornadas de Alpes que restan”: “Se trata de nuestro terreno, la alta montaña, para la que me preparé tras el Giro. Puede suceder cualquier cosa. Alaphilippe demostró debilidad y Thomas no se siente tan bien como en 2018. Quizá el más fuerte parezca Pinot, y en los Pirineos competí de tú a tú con él, lo que refuerza la moral”. Respecto al francés, se lamentó de que no saliera a su rueda cuando aceleró en el Mur de Péguère: “Juntos habríamos sacado más ventaja contra los demás”. Así que Landa se ve en una posición conocida: “Estoy donde mejor sé estar para pasar a la ofensiva, como me gusta”. El sino del Landismo, “correr al ataque” y a contracorriente.