Carapaz y Landa siguen a Nibali en el Mortirolo; Roglic cede 1:22
El italiano pasó al ataque desde lejos, pero el Movistar se defendió de forma magnífica. Roglic se dejó 1:22 con ellos. Ciccone se llevó la etapa.
Como el algodón, el Mortirolo no engaña. Es un puerto extremo, que desnuda las miserias de los que no tienen las piernas necesarias para afrontar 11,9 kilómetros al 10,9%. Sus terribles rampas demostraron que Primoz Roglic no se encuentra ahora mismo entre los corredores más fuertes del Giro. El esloveno cayó de maduro del grupito de los favoritos cuando Vincenzo Nibali prendió la mecha. Gracias a la colaboración de Simon Yates y Bauke Mollema no perdió más tiempo en Ponte di Legno: 1:22 con Nibali, quien le adelantó por la segunda plaza, y los solidísimos Richard Carapaz, que pegó otro buen mordisco en la defensa del rosa, y Mikel Landa, cuarto ya de la general a 1:06 de Roglic. Y restan tres finales en alto, con un etapón previo al cierre de la contrarreloj de Verona.
Nibali, vencedor de cuatro grandes (dos Giros, un Tour y una Vuelta), luce semejante palmarés por su ambición e inteligencia. En cuanto se cercioró de la debilidad de sus rivales ordenó a Pozzovivo incrementar el ritmo y se lanzó al ataque. El Movistar controló la situación con un enorme Antonio Pedrero, y con Landa y Carapaz en primera persona. Como en 2015, el vasco completó una brillante subida al Mortirolo, igual que el ecuatoriano. Lo hicieron tan fácil que pareció su ascensión a dos al Acebo en la pasada Vuelta a Asturias. Junto a Nibali, Carapaz y Landa se engancharon Superman López, al que le falta pegada, pero lo compensa con valor, y Hugh Carthy (británico de 24 años ex de Caja Rural), una de las revelaciones de este Giro en la montaña. Roglic, Mollema, Simon Yates, Majka, Zakarin, Polanc, Sivakov… ninguno soportó la exigencia del Mortirolo. Agonía, frío, lluvia... Ciclismo.
Carapaz y Landa siguen a Nibali en el Mortirolo; Roglic cede 1:22
Con la carretera mojada y un descenso muy peligroso, Nibali optó por colaborar con Movistar para distanciar a Roglic. En la escapada que se formó de salida entraron Caruso y Antonio Nibali, para Vincenzo; Juul-Jensen y Nieve, para Simon Yates; Bilbao, Villella y Hirt, para Superman; Bouwman, para Roglic; y Amador, para Carapaz y Landa. Menos Hirt, que le disputó la victoria a Ciccone, todos cumplieron con su cometido de respaldar a los líderes de sus equipos en mayor o menor medida. Decisiva resultó la aportación de Caruso y Amador en el falso llano camino de la meta. El apoyo que Roglic y Nibali no se brindaron en las anteriores jornadas de montaña lo halló en esta ocasión el siciliano en la escuadra telefónica: hay un enemigo común para la crono de Verona. El triunfo se lo apuntó la combativa maglia azzurra, Giulio Ciccone, que alcanzó su segundo éxito en la ronda italiana tras el de la edición de 2016.