El top-5 de curiosidades de Van der Poel: el ciclista de moda
Más allá de pertenecer a una estirpe de ciclistas tan ilustres como Poulidor (su abuelo), al joven neerlandés de 24 años le apasiona el Fortnite y la playa.
Si hay un nombre propio en la temporada de ciclismo 2019 que sobresale por encima del resto, ese es el de Mathieu Van der Poel. El neerlandés es actualmente el corredor de moda y por méritos propios. A sus 24 años ha irrumpido de forma sensacional en las pruebas de un día con más prestigio del calendario internacional, batiendo a rivales mucho más experimentados y de talla mundial como Julian Alaphilippe. Pero, ¿cuáles son las mayores curiosidades que rodean a Van der Poel? Lo repasamos a continuación.
Entrena en la playa
Mathieu es un auténtico malabarista con la bicicleta, cuyas habilidades serían dignas de más de un profesional del BMX. En un pequeño reportaje elaborado por Shimano, marca de componentes de bicicletas, Van der Poel se dejó ver en uno de los lugares más habituales que forman parte de su entrenamiento: la playa. En la arena, el neerlandés pone en práctica diversos ejercicios que le ayudan a la hora de competir en ciclocross, como la toma de curvas en este tipo de terreno con roderas, al más puro estilo del motocross.
Clave del éxito: se prepara por instinto
Si de algo peca el ciclismo moderno es por su profesionalidad, por estar todo tan sumamente medido y controlado al detalle que no se deja nada al azar para el corredor, tanto en carrera como en los entrenamientos. No es así para Mathieu Van der Poel. Para el neerlandés, la diversión va unida al rendimiento y él se limita a hacer simplemente lo que le apetece, sin seguir un plan de trabajo específico.
Así lo confesó Mathieu en el resportaje mencionado anteriormente de Shimano: "Divertirse debería ser lo primero en todo lo que hagas. Lo consigo al no seguir una planificación estricta que me permite hacer lo que me apetece. Cuando tengo la libertad necesaria me limito a rodar por la arena". ¿Dónde quedan los ciclistas que corrían y entrenaban por instinto? Este chico está hecho de otra pasta...
Adicto al Fortnite
Uno de los pasatiempos de Mathieu tiene que ver con los videojuegos y, más concretamente, con Fortnite. El battle royale de referencia en la actualidad es una de las grandes aficiones que mantiene el neerlandés en su día a día, tanto, que se ha convertido en una pequeña obsesión. Así lo reconoció Van der Poel en una entrevista concecida a Sporza tras su impresionante triunfo en la Amstel Gold Race: "Me gusta jugar. Esa es una forma de relajarme para mí. Para llenar el día, eso es ideal. ¿Si podemos hablar de una adicción? Una pequeña".
Capaz de rodar a más de 120 km/h
Rodar a 100 kilómetros por hora sobre una bicicleta de carretera ya es algo que entraña un gran riesgo y que está al alcance de pocos, incluso de profesionales. Pero por increíble que parezca, Van der Poel ha sido capaz de rodar bastante por encima de esa cifra pese a su corta trayectoria deportiva. Ocurrió en la Amstel Gold Race que le llevó a estar en boca de todos en el mundo del ciclismo, con una increíble exhibición final en el esprint. Pero fue en un tramo de bajada de la carrera donde el neerlandés alcanzó la alucinante cifra de 123,1 km/h. Él mismo compartió ese dato en su perfil de Strava al término de la carrera, en cuya publicación también pudo verse el mareante guarismo de su potencia media: 337 vatios.
Estirpe de ciclistas
Por las venas de Van der Poel corre sangre ciclista. Con ascendencia de la talla de Raymond Poulidor, la calidad del joven neerlandés estaba asegurada. Y es que su abuelo Raymond no fue precisamente un cualquiera: ciclista que más veces ha subido al podio del Tour de Francia sin haberlo ganado nunca, con ocho ocasiones. Pese a su calidad, tuvo la poca fortuna de compartir época con una leyenda de este deporte: Jacques Anquetil (pentacampeón del Tour). Pese a que un tal Eddy Merckx, también privó al abuelo de Van der Poel de la gloria en París, Poulidor terminó siendo uno de los grandes corredores de su época tras lograr éxitos como la Vuelta a España, Flecha Valona, Milán-San Remo o París-Niza, entre otros.
Por si todo ello fuera poco, el padre de Mathieu tampoco fue precisamente un cualquiera. Y es que Adrie Van der Poel fue un excelente corredor, que mostró sus virtudes tanto en carretera (victorias como Tour de Flandes o Amstel Gold Race) como en el ciclocross, disciplina en la que se coronó campeón del mundo. Eso sí, ahí su hijo le supera en precocidad: Mathieu obtuvo el maillot arcoíris a los 20 años por los 36 de su padre. Si de su progenitor heredó los caminos de barro y la clase para carreras de un día, ¿heredará de su abuelo la capacidad para destacar en Grandes Vueltas? Sólo el tiempo dirá dónde está su techo...