El Astana volvió a dar un recital de ciclismo ofensivo en la etapa de Andorra y, después de tanta lucha, logró el objetivo: Supermán López se subirá al tercer peldaño del cajón. “Podemos estar orgullosos. Todo el equipo y yo. Nuestra táctica durante la jornada era intentar entrar en el podio y lo dimos todo”, contó en la meta el colombiano, que estuvo respaldado siempre por compañeros como Omar Fraile, Dario Cataldo, Davide Villella, Jan Hirt...

Lamentó el no ganar la etapa, pero aseguró que ese era un reto secundario y que no pudo pensar en ello, “ya que había que sacar el mayor tiempo posible”. El propio Enric Mas, quien le batió en la cima de La Gallina, reconoció que el de Boyacá “gastó más” en la ascensión y había que “felicitarle”. “Claro que quería llevarme la victoria, pero en el final estuve un poco perdido. La última subida fue un todo o nada. Fui lo más rápido que pude. No gané, pero no tengo nada que reprocharme”.

Un logro que le convierte en el séptimo colombiano en la historia de la Vuelta en alcanzar el podio, 33 años después de que Pacho Rodríguez acabara tercero en 1985. Luego llegarían el triunfo de Lucho Herrera (1987), el segundo de Fabio Parra y el tercero de Óscar Vargas (1989), y el título de Nairo Quintana con Esteban Chaves en el tercer escalón (2016).

Supermán, a sus 24 años, completa así una temporada enorme en la que ha acabado tercero en las dos grandes que ha disputado, siendo esta campaña la primera en la que afrontaba en su calendario dos carreras de tres semanas: “Un éxito y un aprendizaje”.