¿Tenía marcada esta etapa para intentar el triunfo?

Pues realmente no, mi objetivo era no perder tiempo. Ha sido ‘Arri’ (su director, José Luis Arrieta) el que me ha dicho que este final era perfecto para mí. Que tenía que coger la rueda del que me había pasado el día anterior (en Pozo Alcón, Sagan le quitó el segundo puesto).

Se la cogió y ganó.

Que la aproximación a las rampas finales picara hacia arriba me vino bien para ganar posiciones en el pelotón y ponerme a su rueda. En el sprint ha habido un momento en el que he intentado pasarle por la derecha pero me ha dado miedo porque me iba contra las vallas. Él no lo ha hecho queriendo ni mucho menos, pero he dejado de dar pedales y he intentado por el otro lado.

¿Es una motivación ganar al triple campeón del mundo cuando uno de sus objetivos es el Mundial?

Ganarle siempre es una motivación. Sobre todo porque se veía que esta etapa la tenía marcada y puso al equipo a trabajar. Pero esto no se parece al Mundial, que es mucho más duro.

¿Se puede decir ya que Alejandro Valverde está para disputar la victoria final?

Creo que en la subida de La Covatilla se va a empezar a ver si estoy o no. Vamos a ver, mal no estoy, salta a la vista. Pero la de la Covatilla es la primera etapa de montaña pura y veré cómo me encuentro. Voy a intentar estar delante, pero si empezara a perder tiempo entonces sí ya podría comenzar a pensar en el Mundial. Lo que está claro es que no descarto nada. No quiero desaprovechar este estado de forma. Imagine que me dejo ir y luego llego al Mundial y tampoco hago nada...

¿Entonces para quién va a trabajar el equipo?

El equipo está para los dos, para Nairo y para mí. Sé que Nairo está muy bien y yo por eso estoy muy tranquilo.

¿Por qué en el Tour no termina de rendir al nivel que luego lo hace en la Vuelta?

La cabeza. La Vuelta me encanta, donde me empecé a dar a conocer. Lo enfoco todo al Tour, pero luego me salen los datos de vatios, etc... muy por encima en la Vuelta. Por eso pienso que es la cabeza, que está más relajada.