La Vuelta se encontró con obreros como único público
El primer sector de la segunda etapa de 1966 llegaba a La Manga del Mar Menor, que en aquellos años se encontraba en plena construcción. Ganó Pretolani.
La Vuelta a España estuvo a punto de no celebrarse en 1966. El periódico organizador, El Correo España-El Pueblo Vasco, pasaba por dificultades económicas y llegó a anunciar la suspensión. El ciclismo era un buen vehículo de promoción exterior, así que el Gobierno del dictador Franco acudió al rescate.
El turismo extranjero era otro pilar del régimen. Eso explica que la segunda jornada, entre Murcia y Benidorm, se dividiera en dos sectores, con la primera meta en La Manga. La única razón era la promoción de este nuevo enclave del Mediterráneo.
La familia Maestre había adquirido los terrenos en los 50 y había iniciado un proyecto urbanístico en 1961 en La Manga del Mar Menor, hasta entonces sólo ocupada dunas y vegetación. El ministro Manuel Fraga, posterior fundador del actual PP, visitó el cordón litoral en 1962 y lo declaró de Interés Turístico. En 1963 comenzó la primera fase de construcción. Y en 1965, San Javier ya acogió el primer vuelo comercial con visitantes.
En este contexto, la Vuelta sólo se encontró allí a centenares de obreros, a los que habían dado unas horas libres. “El público que allí aguardaba estaba constituido por laboriosos afiliados al Sindicato de la Construcción, que tienen su tajo en aquellos aledaños, donde algo se ha levantado, mucho más se está levantando e infinitamente más se levantaría, a juzgar por las trazas”, dice un texto de la época. Enzo Pretolani logró al sprint la mejor victoria de su carrera, el pelotón se avitualló, volvió a partir Benidorm… Y los obreros regresaron al trabajo.