Geraint Thomas gana el Tour y el VAR deja sin etapa a Froome
El maillot amarillo venía marcando los mejores tiempos, pero ralentizó la marcha para dejar ganar a su compañero... Y finalmente venció Tom Dumoulin.
El Tour de Francia ha tenido una resolución esperpéntica, cómica, ridícula, grotesca... Estando el Sky en la pomada, se podría pensar que hasta sospechosa. Las clasificaciones virtuales habían dado el mejor registro a Chris Froome en la contrarreloj por delante de Tom Dumoulin. Sólo faltaba por entrar Geraint Thomas, que venía como una moto marcando los mejores cronos. De repente bajó el ritmo para ceder el triunfo a su compañero, al rey destronado. Y lo hizo sin disimulos, incluso dejó de dar pedales en una bajada. El Sky quería cerrar la carrera a su estilo, con la apisonadora en marcha, con su devastador rodillo. Entonces el jurado corrigió esos tiempos oficiosos: Dumoulin era el vencedor de la etapa por un segundo sobre Froome. Y por buscar el copo, el Sky se quedó sin victoria.
Eso sí, el equipo británico se llevó todo lo demás. Geraint Thomas se coronará este domingo como nuevo monarca en París. Ha sido el más fuerte y el más regular durante la carrera, de eso no hay duda. Ha vencido en dos etapas en los Alpes, no ha fallado ningún día, no ha sufrido caídas ni averías... Y si no se ha impuesto en la penúltima jornada, ya hemos visto por qué ha sido. Froome no ganó la contrarreloj, pero sí desbancó de la tercera plaza del podio a un aciago Primoz Roglic, que pagó los esfuerzos de su exhibición pirenaica y cedió más de un minuto. La segunda posición final será para Dumoulin, que ya subió a ese mismo peldaño en el pasado Giro de Italia.
La retransmisión de televisión y el directo digital del Tour dieron erróneamente el mejor tiempo de la etapa a Froome. En las imágenes se comprueba con nitidez cómo se había parado el crono manual unos diez metros antes de que cruzara la meta. El jurado aplicó luego los tiempos oficiales en favor de Dumoulin y corrigió la confusión. El VAR, tan de moda tras el último Mundial de fútbol, impartió justicia y tumbó al cuádruple campeón del Tour. Otras versiones señalan que Thomas ralentizó para no arriesgar su maillot amarillo.
A pesar de este revolcón, el equipo Sky vuelve a salir victorioso de la Grande Boucle, aunque la corona haya cambiado de cabeza. Desde 2012 ha ganado seis de las siete ediciones disputadas, con tres corredores diferentes: Brad Wiggins, Froome (cuatro veces) y Thomas. Sólo Nibali pudo romper la dictadura en 2014. Su dominio es absoluto: tiene el mayor prepuesto, dispone de una plantilla galáctica, maneja los vatios con precisión... Si falla Froome, ahí está Thomas al rebote. Y si hubiera sido necesario, ahí tiene también a Egan Bernal. Detrás del trabajo y de la planificación, que los hay, circula igualmente una enorme sensación de impunidad a su alrededor. La absolución de Froome con un producto que había condenado a otros es el mejor ejemplo, pero hay otros. Cuando el africano tuvo que correr a pie en el Mont Ventoux tras el accidente con una moto en el Tour de 2016, los jueces le perdonaron el tiempo perdido, todo lo contrario que ha sucedido este mismo año con el maltrecho Nibali.
En ese podio final no habrá representación del tridente del Movistar. Es más: Mikel Landa y Nairo Quintana perdieron un puesto en la crono con respecto al día anterior. El español, que también se dio un buen tute el viernes, fue superado por Romain Bardet y acabará séptimo. El colombiano, penalizado por su caída del jueves, fue adelantado por Ilnur Zakarin y terminará décimo. Al menos sí subirán al cajón como ganadores de la clasificación por equipos. El patrocinador lo agradecerá.