Thomas birló la etapa a Nieve a 340 metros y se vistió de líder

No hubo tiempo para el bostezo en el segundo contacto con los Alpes. Por fin. Valverde probó la gesta lejana, Dumoulin atacó en un descenso, Nieve rozó la victoria... Una jornada trepidante con intentos de derribo al Sky, que se esfumaron en el último puerto de La Rosière. Geraint Thomas ganó y se enfundó el maillot amarillo. Froome se colocó segundo en la general. Y cuando nos preguntábamos quién era el líder del Movistar, el interrogante cambió de dirección. ¿Quién es el líder del Sky?

El Movistar pasó este miércoles al ataque. Lógico. Llevar el tridente en el grupo, a la espera de que uno falle para decidir quién es el jefe, no aportaba ningún beneficio. Si tienes un tridente, hay que pinchar al enemigo. Eso probó el equipo telefónico. Mandó a Soler por delante, con el resto de aventureros. Puso un buen ritmo en el Pré, con Bennati y con Amador. ¿Quién remataría la faena? De repente salió Valverde, viejo rockero, que había partido tercero de la general. Faltaban 54 kilómetros. Si quieres desmontar a un rodillo como el Sky, hay que hacerlo con una ofensiva valiente. No hay otra fórmula.

El enemigo era ese: el Sky. Si un equipo toma la cabeza desde el primer kilómetro, te está enviando un mensaje: soy el patrón. Por eso esperábamos que al ataque de Valverde sólo respondiera el trabajo del equipo de Froome. Ningún otro. Era un buen día para desgastarles, para buscarles las cosquillas, para cargarles el mochuelo… Eso esperábamos, pero eso no sucedió. El Bahrain tomó las riendas de la persecución en el Roselend. Había dos lecturas: o pretendía recortar tiempo a Valverde, o preparaba su propio ataque. Lo segundo tenía sentido. Lo primero era un despropósito.

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Nibali tensó en la bajada. Igual que Bardet. Se gustan en los descensos. Pero quien abrió trecho fue Dumoulin, junto a su compañero Andersen. Cada cual juega sus cartas. Dumoulin empalmó con Valverde. Dos buenos galgos. O eso creíamos. Cuando Dumoulin le pidió relevos, Alejandro rechazó la invitación. Detrás venía rearmado el Sky. Pero sobre todo venían Landa y Nairo Quintana. El holandés es un rival de aúpa. Así que vuelta a la casilla de salida. ¿Quién es el jefe del Movistar? Valverde se descolgó. Y nos quedamos con las ganas de que Landa o Nairo le dieran continuidad.

Esa pregunta hay que hacérsela ahora al Sky. El palmarés entrega galones a Froome, aunque Thomas no desaprovechó su chance. Atacó y atrapó a Dumoulin, pero miraba hacia atrás, a ver si venía el jefe. El Sky estaba en modo exhibición. Froome se marchó finalmente. Sin respuesta de Nairo. Hacía tiempo que Landa se había quedado. Froome cazó a Dumoulin y Thomas cazó a Nieve. No dejaron ni las migajas. Sí muchas víctimas. Landa está a 2:56 en la general; Nairo, a 3:16, y Valverde, a 4:28. El Tour no está perdido, pero sí la esperanza. Este jueves se sube Alpe d’Huez: puntilla o desquite.

Esta partida de ajedrez desvió la atención de otro foco vibrante: la lucha por la etapa. Ahí pujaban tres españoles: Nieve, Herrada y Navarro, que celebraba su 35 cumpleaños. Nieve es perro viejo, ganador de etapas en el Giro (tres) y en la Vuelta (una). A sus 34 años buscaba la Triple Corona. A punto estuvo. Thomas le pasó a 340 metros de la meta como una centella. Fue un día con dos españoles valientes. Los dos derrotados. Hay que aplaudir igualmente. Pero nos robaron el caramelo.