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LA RUTA DE LA VUELTA

El alemán Wolfshohl fue más fuerte que su jefe PouPou

La fuga de la octava etapa, Benidorm-Sagunto, rodó a un frenético promedio de más de 44 km/h llegó con 13:40 minutos y dio un vuelco a la general.

Raymond Poulidor y Rolf Wolfshohl.

Raymond Poulidor vestía el maillot amarillo, que había arrebatado en la cronoescalada de Pajares a Rik Van Looy, el otro hombre fuerte de la Vuelta a España de 1965, como demuestra que acabó con ocho victorias. Ambos eran los grandes favoritos. Hasta que llegó la octava etapa: Benidorm-Sagunto, sobre 174 km. René Marigil, un ilustre exciclista de la tierra, había logrado llevar la carrera a sus paisanos, que abarrotaron las carreteras para recibir al pelotón.

Tras varias intentonas, un sexteto se marchó en el kilómetro 31. Dos de ellos eran gregarios de Poulidor en el Mercier: Wolfshohl y Poulot. Los demás: Wuillemin, que ganó la etapa; Van Aerde, que fue segundo; Ginés García, único español, y Desmet. La fuga, a un frenético promedio de más de 44 km/h, se plantó en Sagunto con 13:40 minutos de diferencia y dio un vuelco a la clasificación general.

El alemán Rolf Wolfshohl (27-12-1938, Colonia), triple campeón mundial de ciclocross, se puso líder con una importante renta de cinco minutos sobre su jefe: Poulidor. “Yo he sido el punto neutro de la escapada”, dijo en la meta a la prensa, que le recordó que sí había dado relevos en la fuga: “Había que mantener las apariencias y el decoro, pero no empujé”. En contra de lo esperado, PouPou aceptó el liderazgo de su compañero, que se mostró como el más fuerte hasta el final.