Contador: "Las sensaciones fueron bastante mejores"
El pinteño entró con Froome y Chaves en la Ermita de Santa Lucía, primera meta en alto de la Vuelta: "Lo importante era recuperarme de Andorra".
El rostro de Alberto Contador en la cima de la Ermita de Santa Lucía era completamente distinto al del lunes en Andorra. Aún con la respiración entrecortada por el esfuerzo, al de Pinto se le escapaba media sonrisa por haber “recuperado sensaciones” y verse de nuevo en el grupo de los mejores. Sin embargo, él fue el primero en frenar cualquier tipo de optimismo desmesurado: “Esto no es para estar eufóricos. Sí me sentí más cerca de como yo pensaba que llegaba a esta Vuelta, pero era un repecho corto y explosivo, no los puertos largos que nos esperan”.
Y es que los 2:33 que se dejó en la primera etapa de montaña fueron un “palo gordo”, como él mismo lo calificó, pero en su entorno y en el equipo Trek reinaba más la sorpresa que el pesimismo. El propio ciclista afirmó que no sabía lo que había pasado: “Cualquiera que viera la actuación que tuve camino de Andorra sabe que ese no es mi nivel. Estas sensaciones sí se asemejan más a la realidad. Pero, repito, no quiero estar eufórico por un solo día”.
El madrileño fue uno de los pocos que aguantó la rueda de Froome cuando este arrancó, y hasta arañó algunos segundos a otros favoritos como Nibali, Aru o Bardet. A pesar de ello, todavía se encuentra a 3:10 del liderato. “Tras lo de Andorra la general la veo muy difícil. Ahora lo que debo hacer es recuperar y que sigan estas sensaciones. Entonces será el momento de pensar y replantearse la situación para poder analizar cuál es la mejor manera de abordar la carrera”. Y es que, antes de empezar a marcarse objetivos, lo importante es lo que se afirmaba cerca del bus del Trek: “Está vivo otra vez”.
Una jornada que para el madrileño empezó como todas en esta Vuelta, vitoreado en la salida de Benicassim por el numeroso público que se dio cita. Luego, durante la última subida a la cumbre de Alcossebre, los aficionados volvieron a apoyarle, como el propio corredor reveló en la meta: “Me encuentro abrumado por el cariño de la gente. En la ascensión parecía que estaba corriendo en el portal de mi casa. Sólo puedo darles las gracias”.