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VUELTA A ESPÀÑA 2017

"No pasaba nada cuando dábamos besos y tampoco ahora"

María, Mireia, Irina y Raquel son las cuatro azafatas del podio de la Vuelta. El mismo número que el año pasado, aunque este año les acompaña un chico.

"No pasaba nada cuando dábamos besos y tampoco ahora"
JESUS RUBIODIARIO AS

María, Mireia, Irina y Raquel son las cuatro azafatas del podio de la Vuelta. El mismo número que el año pasado, aunque las cuatro debutan en “esta experiencia apasionante”. Pero se han encontrado con que son noticia en un año en el que ha saltado la polémica sobre su presencia en el podio de la carrera. “No nos sentimos como una mera imagen porque esto es un trabajo como otro cualquiera. A las ocho de la mañana estamos en pie hasta las nueve de la noche que llegamos al hotel. Todo el día trabajando y el podio es sólo una parte”, explica Raquel.

En cuanto al cambio en el protocolo, ya no son ellas las que entregan los premios a los ciclistas y tampoco les dan los tradicionales besos, pero ya han surgido opiniones en las que se cataloga la ceremonia como fría, ya que el ciclista se queda solo en lo alto del podio. Raquel da su visión: “Creo que lo que han querido hacer es que él acapare todo el protagonismo y desde ese punto de vista se puede entender y me parece bien”. Y es que, para su compañera María, el tema ha hecho demasiado ruido: “Me parece que no tiene la relevancia que se le ha dado, no pasaba nada cuando se le daban besos ni tampoco ahora”.

Un chico

La Vuelta se negó en rotundo a seguir la iniciativa que tomaron otras carreras, donde la figura de las azafatas se suprimió. “Quiero insistir en que esto es un trabajo que usamos para pagarnos los estudios, por ejemplo. Y por otra parte, son algo tradicional del ciclismo que no creo que se tenga que perder”.

Lo que ya no es tan común es la gran novedad de esta edición, la figura del asistente masculino. “¡Ya era hora un poquito de igualdad!”, opina con humor Fernando, que asegura que le parece muy bien que se haya tomado la decisión de incluir a un hombre: “Esto es mi trabajo, ¿por qué no? Creo que se debe normalizar todo, es como el tema de los besos. ¿tan grave era? La experiencia hasta ahora está siendo muy positiva y no me siento raro, al revés, está siendo un auténtico placer trabajar con ellas, nos llevamos todos muy bien”.